Como se ha decidido que ahora interesa la 1º Guerra Mundial todo el año pasado hemos recibido una avalancha sin precedentes de ediciones sobre el tema. Curiosamente el Cine ha pasado del asunto. Se ve que ya no son tiempos para el cine bélico-histórico, sobre todo si los malos no son nazis. Los que les gusta la 1ºGM habrán llorado de alegría por toda esa cantidad de títulos que permanecían inéditos o por esas reediciones de descatalogados. Pero presumo que son unos pocos ya que aquí se lee poco y a "nadie" de por aquí le interesa aquel conflicto ya que en lo que respecta a nuestro país podía haber pasado en otro continente, incluso en otra galaxia. Este se bajó del tren tras covencer a Napoleón y no se volvió a subir hasta 165 años después exactamente. Tardó tanto porque cuando quería volver a subir en él algún paisano salía de la caverna y lo devolvía al oscurantismo, y así hasta que empezaron a desaparecer los pueblos. Pero en mi opinión, que de siempre me ha interesado la 1ºGM aunque no he profundizado mucho en ella, es un poco triste la imagen de borregos que da este mundo que funciona por modas. Hasta ayer todo el mundo pasaba de aquel conflicto, pero viendo las librerías el año pasado uno diría que el lector español (que es diferente al español a secas) está tremendamente interesado en algo que ya ningún abuelo de España vivió. La gente se habrá abalanzado en masa a leer sobre un tema que no le interesa nada? Ayer apenas podíamos leer algo, hoy: saturación. Absurdo.
Este me lo han regalado en las pasadas fiestas. Curiosamente Sacco dice en el prólogo a su pajilla que el cómic definitivo sobre la 1ºGM es este, si bien no creo que haya muchos, así que genial. Este cómic ya tiene años, pero debido a la reciente efeméride Norma ha tenido a bien reeditarlo 5 años después de la última vez y, según mis cuentas, por 4º vez, 3 de ellas en álbum. Si cuela, cuela. No obstante eso no ha sido óbice para que tenga un error, que al menos no tiene la antigua edición en rústica (que según Norma para vender la nueva edición en cartoné no tenía todo el material, pero si eso es así os digo que lo nuevo es casi invisible), y para que la traducción mediocre (la estadounidense es mejor), aunque la prosa de Tardi es difícil, no se haya cambiado de modo que sigue habiendo pasajes ininteligibles porque el traductor pasó de hacer el esfuerzo de leer el contexto y mirar las viñetas. Si desea saber más sobre esto lea los pies de imágenes. El acercamiento de Tardi, uno de los autores franceses más importantes y otro colgao de la 1ºGM como indica el hecho de que le ha dedicado varias obras, a aquel conflicto es a la vez personal y general pues a través de distintas historias sin título, cortas y trágicas, por ello con diferente prota, el francés nos cuenta la terrible experiencia de ser un soldado francés de trincheras. En este caso, aunque el acercamiento es más convencional, la cosa funciona mejor porque Tardi le pone algo personal. Su fascinación por la 1ºGM viene de que su abuelo fue un soldado de trincheras y su abuela, la esposa de este, no la otra, le aterrorizó de niño contándole historias sobre lo mal que lo pasó su marido siendo tal. Así, su interés es el denunciar la condición de soldado de infantería de la 1ºGM: deshumanizado por los oficiales y políticos y alienado por la disciplina y lo absurdo de la guerra de trincheras, ese militar lo que hizo ante todo es sufrir terriblemente. Eso es lo que cuenta competentemente Tardi en una obra tópica que sin embargo destaca gracias a sus momentos singulares y su iracundo tono indignado que nace de un trauma infantil, del cariño por su abuelo y de la preocupación egoísta de que a él le pasase lo mismo (durante el momento álgido de la descolonización y de la Guerra Fría él estaba en la edad militar). Así, por debajo de las historias hay algo que las une que es el odio de Tardi, de familia militar, a las cosas que provocan la Guerra: el patriotismo/nacionalismo, la religión, el borreguismo de las sociedades, la crueldad humana... Para los soldados de Tardi ni su patria, ni sus conciudadanos, ni sus enemigos merecían el sufrimiento de guerrear.
Lo curioso de estos cómics son sus similitudes. La más llamativa quizás es el gran ejercicio de documentación al que se sometieron tanto Sacco como Tardi para realizarlos. Ambos han llegado a lo enfermizo llevados por su obsesión por el tema. Tanto detalle es inútil porque la gran mayoría de los lectores que tendrán no son expertos en el tema así que son incapaces de detectar errores en los uniformes, las armas y todo lo demás. Así que ese esfuerzo, innecesario para narrar, sólo puede deberse a la devoción que tienen por el tema. Ser precisos y exactos parece que es para ellos una forma de tener derecho a hablar sobre un tema que consideran grave así como de rendir tributo a aquellos que dieron su vida por sus estados en aquel conflicto. Porque eso es el tema de estas obras. Ambos querían homenajear eso a pesar de centrarse cada uno en su bando, Sacco en el inglés porque se crió en territorio inglés (Australia, que también tuvo su masacre nacional en la 1ºGM: Gallípoli) y Tardi en el francés. Ambos se disculpan por centrarse en un bando sólo pues quieren denunciar la guerra y zanjan la cuestión diciendo que en todos los lugares era lo mismo. No obstante hay una salvedad, las trincheras alemanas eran lugares donde se podía vivir por lo que las condiciones de los soldados alemanes nunca fueron tan duras como las de sus enemigos. Esto de ensalzar al soldado, así, en general, estas son obras socialistas en el sentido de que sólo hablan de la masa, es un efecto singular de la 1ºGM pues desde la Guerra Fría Occidente desprecia a los soldados añadiendo el adjetivo inocente a la palabra civil, cosa absurda a poco que se use el cerebro. Así, siempre los soldados son unos hijos de puta, sin matices, sin querer considerar sus circunstancias (la mayoría, da igual la nacionalidad del ejército, son chavalines paletos), todos ellos en el mismo saco, menos los pobrecitos de la 1ºGM, todos ellos víctimas de la crueldad de clase, la incompetencia del tradicionalismo en tiempos modernos y la maldad de los serviles. Por ello en La Gran Guerra y La guerra de las trincheras no hay héroes o actos heroicos, si bien Sacco considera que los ingleses que combatieron en la batalla del Somme hicieron algo heroico. Pero se trata de nuevo de algo de masa, no individual. Estos cómics coinciden en otras cosas, gore, antibelicismo, soldados-víctimas, oficiales-cabrones, tratamiento anecdótico..., pero eso ya son tópicos del género Bélico en general desde la 1ºGM, cuando los valores guerreros murieron en Europa. En EE.UU., aunque se enfriaron, no murieron hasta Nam y aún así allí siguen como zombis.
En fin, 2 cómics sobre la 1ºGM que no destacan como relato ni dentro de su género ni dentro de su guerra. Ninguno ofrece algo nuevo o emocionante al aficionado a las historias bélicas, si bien Tardi al crear con las tripas muestra un grado de implicación mayor que lo distingue así como una universalización del tema que lo hace ser una lectura crítica. El francés va más allá de documentar subjetivamente un hecho y por ello Sacco no desbanca a La guerra de las trincheras como el cómic definitivo de la 1ºGM aún habiendo tenido 20 años de ventaja. Tardi le supera en implicación, hondura psicológica y alcance. Seguramente menos sumisión a la documentación y una cabeza más fría habría ayudado a ambos autores a hacer algo distinto que revisitar los tópicos de la narrativa bélica moderna pues ni el uno con el entomológico manierismo inútil ni el otro con la crudeza lo han conseguido. Como siempre el error está en un acercamiento genérico a la guerra lleno de prejuicios modernos. Por ello Sacco y Tardi se unen al inmenso grupo de narradores de historias bélicas que no han conseguido ir más allá del tópico. Ambos cómics recuerdan a Senderos de gloria (una de las historias de Tardi se inspira en los mismos hechos que dieron lugar a la novela que a su vez inspiró la peli de Kubrick), y ese interesante film, que no es muy original, ya tiene más de 50 años. Al final, Sacco y Tardi lo que hacen es simplificar tanto, en mi opinión porque saben mucho sobre la 1ºGM pero poco sobre la Guerra, que vulgarizan aquel conflicto. Debían haberse fijado en El Barón Rojo que, sin pasar de mediocre, supo como ir más allá de los tópicos, los prejuicios y lo superficial para hablar tanto de la Guerra como de la 1ºGM, de los oficiales como de los soldados, del individuo como de la masa, de la anécdota como del contexto y de los demócratas como de los imperiales.