Fachada, la tumba memorial de San Matías y el subterráneo
Cada vez que revisaba el mapa de la ciudad de Trier, en Alemania, la Abadía de San Matías me llenaba de curiosidad. Pasar el dedo sobre la ruta fue lo mismo que llegar allí una mañana, con amenaza de lluvia. Tanto silencio y vacío alrededor de esta iglesia de los siglos X al XII, me hizo pensar que estaba cerrada; pero no.
Su construcción ha sufrido varias modificaciones con el transcurrir de los años, pero conserva esta estructura desde 1127, año en que se hallaron los restos de Matías, uno de los apóstoles de Cristo. Desde entonces, su tumba permanece allí y recibe la visita de unos 50 mil peregrinos, cada año, que van a ver de cerca el sarcófago de estilo gótico y hacer sus peticiones.
Si no se está celebrando algún oficio religioso, es posible bajar hasta el subterráneo y ver de cerca algunas tumbas y cimientos de la iglesia romana sobre la que fue construida esta abadía, al lado de un cementerio. Como dato curioso, hay que decir que es aquí donde está la única tumba de un apóstol de Cristo, ubicada al norte de los Alpes.
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