La abeja que buscaba padrino

Por Cooliflower

Nos apadrinó una colmena. Y correspondimos como sabíamos, con todo nuestro trabajo y amor, edificando nuestras propias celdas sin barrotes. La jerarquía nos fue legada para servir a una tarea común, un fin que escapa a toda comprensión.

De mañana en mañana, de sol a sol, de flor en flor, reservamos el más valioso néctar para una reina rodeada de gordos y ociosos zánganos. Sacrificamos la vida protegiendo nuestro modo de desentender la vida; si fuera necesario nos dejaríamos, nos dejamos, el último zumbido y las entrañas para salvar lo que no nos pertenece. Somos como abejas, pero ellas nunca destruirían su propia colmena; ellas crean, en cambio, primaveras de vida en nuestros inviernos irracionales.

Mientras construimos prisiones del alma y presidios-hogares, y servimos a quien nos desprecia, nos queda la posibilidad de apadrinar una colmena; una útil, real, para abejas que fabrican miel y polinizan.

El proyecto “Apadrina una Colmena, Crea Naturaleza” revierte todo lo que las abejas han aportado a la humanidad… y aporta sabrosos beneficios con miel ecológica. En palabras de URZAPA: