Opinión personalComo he dicho al principio La abuela Lola es un libro de sentimientos, emociones y sensaciones. Un libro narrado desde la perspectiva de un niño de diez años, dotado de una gran madurez fruto de la enfermedad con la que ha lidiado desde pequeño. Sin embargo no por ello deja de ser un niño que no entiende algunas situaciones, y al que sobre todo le superan algunos hechos de los mayores que parecen no tener en cuenta más que su propia opinión.Sebastian procede de una familia de emigrantes portoriqueños, una familia que se ha ido desestructurando con los años por culpa de malos entendidos, envidias, voluntades de aparentar y apartarse de las raíces sureñas. Lola su abuela tiene un sueño, volver a sentar a sus hijos juntos a la mesa, pero ese sueño cada día parece más lejano y su tiempo se agota, así que con la ayuda de Sebastian urde un plan en el que la comida tiene un papel protagonista.
portada de la edición original
Y será a través de los platos que cocina como conoceremos a la verdadera Lola a ese torbellino de mujer que se ha rebelado ante la vida, a esa mujer fuerte y todo corazón que ante todo quiere que se le tenga en cuenta y que su familia vuelva a ser lo que nunca hubiera debido dejar de ser. Los flash back a su infancia y su juventud nos trasladan a una vida en Puerto Rico que ella considera más feliz, más plena, con sus hijos unidos y su marido vivo. Emanan las supersticiones típicas de los sudamericanos. Lola nunca ha renunciado a sus raíces y esta orgullosa de ellas y ese amor por su tierra se manifiesta en los platos que prepara, en las historias familiares que cuenta y que nos van envolviendo a medida que avanza la trama sin grandes sobresaltos.Porque nos encontramos ante una novela en la que no pasan grandes cosas, y sin embargo la vida fluye de forma continua, nos encontramos ante el día a día de un niño peculiar, que a pesar de todas sus frustraciones es fuerte y optimista y ese optimismo se le traslada al lector a pesar de todo el drama que subyace de su enfermedad. Y también ante el día a día de una mujer que solo tiene ya una meta en la vida y que pretende luchar para conseguirla. Dos luchadores que a su manera nos van enseñando a vivir la vida, porque a veces olvidamos como hacerlo, nos plantamos con la vista en el pasado, que nos impide avanzar y fijamos nuestro horizonte en el futuro y de esa manera nos olvidamos de vivir nuestro bien más preciado el presente, el único que podemos controlar y disfrutar.La abuela Lola es una lección de vida, se reflejan entre sus páginas los miedos de una madre ante el futuro de su hijo, las desavenencias familiares, tanto en el núcleo principal, como en el más lejano. Nos enseña como los malos entendidos, las envidias, los rencores pueden llegar a romper una familia. Es una lección de amor y amistad, donde dos generaciones tan lejanas como puede ser una abuela y su nieto pueden tejer un lazo de unión que les proteja de lo malo de la vida.El libro está escrito en inglés, sin embargo la labor de la traductora ha sido tan buena que pasa desapercibido, y lo único que puede hacer que lo sospeches es no tiene ese regusto de los autores sudamericanos, aunque tampoco renuncia de todo a él y podemos encontrar lo que yo vendría a llamar realismo mágico al más puro estilo Isabel Allende. Con el recurso a la comida es imposible no acordarse de Afrodita o de Como agua para chocolate de Laura Esquivel… amen de otros ejemplos menos conocidos.Si importantes son las relaciones familiares en esta historia, no menos lo son los aromas y sabores que salen de su cocina y que te hacen cosquillas en la pituitaria y te inflaman las papilas gustativas de puro placer. Si la cocina es una de tus aficiones sin duda disfrutaras la lectura de La abuela Lola por partida doble, y además gracias a un anexo situado al final del libro podrás hacer tus pinitos y cocinar los mismos platos que Lola y Sebastian. Y es que como he dicho al principio este libro se disfruta con los cinco sentidos, con la vista por razones obvias, con el olfato y el gusto por las descripciones tan vividas que te parece estar en ese momento en la cocina disfrutando con ellos de la sesión. Y el tacto por la misma razón por las descripciones tan buenas que hace la autora que traslada en el tiempo y en el espacio.En el apartado de los personajes todos están muy bien dibujados, ninguno de ellos es plano y evolucionan a la misma velocidad que la trama. Son personajes creibles, unos con más poder de empatía que los otros pero todos con su atrativo desde Sebastian que inspira una ternura infinita hasta Gloria su madre a la que en ocasiones es difícil de comprender, pasando por Lola esa mujer que parece haber perdido la cabeza y demuestra que esta más viva y cuerda que en su vida.Pero creo que hablar con más profundidad de los personajes puede revelar hechos que importante que el lector vaya descubriendo poco a poco por ese mismo motivo no voy a profundizar en ellos. Es una novela coral en la que podremos descubrir la vida en la escuela, la vida de una pequeña comunidad de ancianos y sus problemas y día a día y al mismo tiempo la evolución de una pequeña familia desavenida. Nos encontramos ante una novela coral bien estructurada con personajes entrañables las más de las veces y otros que terminarán haciéndose un lugar en nuestro corazón.Pero sin duda si me tengo que quedar con alguno, me quedo con Sebastian con ese hombrecito que me ha hecho reir, llorar y soñar, con este niño que no se rinde ante la adversidad y que demuestra su valentía y rebeldía día a día y que se tiene que plegar ante la evidencia de que no puede entender a los adultos.Pocas cosas me quedan a esta altura por comentar, quizás el estilo de la autora, una forma de narrar sin grandes sobresaltos, ágil, con gran complejidad por los personajes que dibuja y a la vez fácil de entender como únicamente puede serlo el lenguaje de los sentimientos. La historia se desarrolla a lo largo de treinta y dos capítulos de longitud variable, más un anexo final en el que se nos presentan las reseñas más un extracto del capitulo donde se desarrollan.Conclusión
La abuela Lola es una de esas lecturas entrañables en la cual sus personajes llegan para quedarse un largo tiempo, incluso después de terminado el libro. Las emociones, los sentimientos que despierta y el hecho de que sea una historia cercana al vez que tan lejana en el espacio hace que sintamos empatía por sus protagonistas, que deseemos ponernos en su piel y no nos sea nada difícil hacerlo.Una historia de gran calado que se va a convertir en una de mis favoritas este año. Te animo a que te sumerjas entre sus páginas, a que conozcas a Lola y a Sebastian, a que pruebes a hacer alguno de sus platos y si la cocina no es lo tuyo seas capaz de disfrutarla igualmente.