El tema de cuánto levantar los dedos ha sido uno de los que más han aparecido en las entrevistas (ver entradas anteriores del blog). Algunos pianistas como Godowsky, por ejemplo, te dirán que no están a favor de levantar los dedos y que éstos deben mantenerse siempre cerca de las teclas. Sin embargo, llama la atención que aquellos que no defienden la acción de los dedos, la utilizan cuando tocan pasajes que requieren precisión y claridad. Otros intérpretes son bastante confusos sobre este asunto, pero generalmente se trata de personas que no están acostumbradas a enseñar.
La idea que apoyan los mejores profesores es que al comenzar los estudios de piano se debe adquirir un buen movimiento de los dedos. La acción de los dedos debe constituir una base sólida, de manera que se convierta en algo natural, una parte importante del pianista, algo que nunca debe abandonar ni olvidar. Tanto debería asentarse que ninguna relajación posterior, debida a la atención totalmente focalizada en la interpretación, pueda perturbar la posición correcta, la forma o el movimiento plástico elegante.
"Para el trabajo de los diferentes pasajes insisto en la acción de los dedos. Los dedos deben levantarse y estar activos para asegurar un desarrollo adecuado. Realmente creo que se necesita una acción de los dedos mayor cuando trabajamos la técnica u obras técnicas que utilizaremos cuando toquemos esas mismas piezas ante el público." - Clarence Adler.
Alexander Lambert se refiere a este tema cuando dice: "Al principio enseño la acción de los dedos. Algunos profesores no la enseñan porque dicen que los artistas no la utilizan. Pero el artista, si se le pregunta, te dirá que tuvo que adquirir la acción de los dedos cuando inició sus estudios pianísticos. Hay tantas etapas en el aprendizaje del piano. El estudiante de nivel inicial tiene que levantar sus dedos para que estos se desarrollen y obtenga claridad en el toque. En el nivel intermedio, el alumno ya ha obtenido la suficiente seguridad en el control de los dedos y puede tocar los mismos pasajes con un movimiento menor, mientras que en los niveles más avanzados el pasaje se puede tocar sin apenas un movimiento perceptible, pues los dedos responden completamente a cada exigencia de la mente."
Es este dominio absoluto del movimiento lo que lleva al observador superficial a imaginar que un gran artista no piensa en cosas como la forma y posición de la mano o los diferentes movimientos que realiza. Nunca hubo un mayor error. La perfección técnica se adquiere poniendo un especial cuidado, atendiendo minuciosamente y con exactitud todos los detalles. En un momento de su carrera, el artista ha tenido que acudir a los principios fundamentales de la técnica pianística y trabajarlos. Las opiniones pueden diferir en cuanto a que Leschetizky sea una eminencia como profesor, pero el hecho es que muchos pianistas actuales ante el público han seguido sus ideas en un momento u otro. Todos aseveran que el maestro vienés no hará nada con un intérprete hasta que haya realizado un curso de preparación riguroso, dedicado exclusivamente al entrenamiento de los dedos, y pueda tocar un par de estudios de Czerny con un control y eficacia perfectos.
Brower, H. (1915). Piano Mastery. Talks with master pianists and teachers. New York: Frederick A. Stokes Company.
Traducción: Francisco José Balsera Gómez