La conmoción causada por la revelación sobre cómo se armó la operación judicial-mediática contra Lula ya impactó en la Corte Suprema. En el Congreso impulsan una Comisión Investigadora y desde distintos sectores reclamaron la inmediata libertad del ex presidente. La trama es la que se repite, además de Brasil, en Ecuador y Argentina, pero tiene antecedentes en el plan con que gobierno PROimperiales se instalaron en Honduras y Paraguay y en las presiones permanentes en Venezuela y Bolivia.
Mucho más que sombras
Platón describió en su alegoría de la caverna un espacio cavernoso, en el cual se encuentran un grupo de hombres, prisioneros desde su nacimiento por cadenas que les sujetan el cuello y las piernas de forma que únicamente pueden mirar hacia la pared del fondo de la caverna sin poder nunca girar la cabeza. Justo detrás de ellos, se encuentra un muro con un pasillo y, seguidamente y por orden de cercanía respecto de los hombres, una hoguera y la entrada de la cueva que da al exterior. Por el pasillo del muro circulan hombres portando todo tipo de objetos cuyas sombras, gracias a la iluminación de la hoguera, se proyectan en la pared que los prisioneros pueden ver.Wikipedia
Estos hombres encadenados consideran como verdad las sombras de los objetos. Debido a las circunstancias de su prisión se hallan condenados a tomar únicamente por ciertas todas y cada una de las sombras proyectadas ya que no pueden conocer nada de lo que acontece a sus espaldas.
Continúa la narración contando lo que ocurriría si uno de estos hombres fuese liberado y obligado a volverse hacia la luz de la hoguera, contemplando, de este modo, una nueva realidad. Una realidad más profunda y completa ya que ésta es causa y fundamento de la primera que está compuesta sólo de apariencias sensibles. Una vez que ha asumido el hombre esta nueva situación, es obligado nuevamente a encaminarse hacia fuera de la caverna a través de una áspera y escarpada subida, apreciando una nueva realidad exterior (hombres, árboles, lagos, astros, etc. identificados con el mundo inteligible) fundamento de las anteriores realidades, para que a continuación vuelva a ser obligado a ver directamente "el Sol y lo que le es propio", metáfora que encarna la idea de bien.
La alegoría acaba al hacer entrar, de nuevo, al prisionero al interior de la caverna para "liberar" a sus antiguos compañeros de cadenas, lo que haría que éstos se rieran de él. El motivo de la burla sería afirmar que sus ojos se han estropeado al verse ahora cegado por el paso de la claridad del sol a la oscuridad de la cueva. Cuando este prisionero intenta desatar y hacer subir a sus antiguos compañeros hacia la luz, Platón nos dice que éstos son capaces de matarlo y que efectivamente lo harán cuando tengan la oportunidad, con lo que se entrevé una alusión al esfuerzo de Sócrates por ayudar a los hombres a llegar a la verdad y a su fracaso al ser condenado a muerte.
¿Qué pasaría con el primero de ellos? ¿Vería lo nuevo como una revelación verdadera o como un engaño más? ¿Querrá volver a la comodidad desinformada de la cueva o continuar por el incómodo camino de la deconstrucción de las falsedades que antes consumía como información? ¿Tomará como sombras las nuevas percepciones? ¿Pensará en compartir estas luminosas experiencias con sus ex compañeros de cautiverio, a riesgo de que lo tomen por loco, cooptado o choriplanero?
Por supuesto, hay que modernizar la más famosa alegoría de Platón: la cueva es la burbuja embrutecedora de los multimedios y sus satélites; las sombras, las patrañas cotidianas que dificultan todo entendimiento; los encadenados son los colonizados, odiadores, individuos aspiracionales y prejuiciosos caceroleros que constituyen su público.
Resulta que en Brasil apareció un alguien que mostró algo de la luz de la caverna, y se pusieron como locos.
La historia sigue porque algunos libertos regresan para compartir tantas revelaciones y con empeño consiguen que algunos más sacudan sus cadenas. En Brasil, acá o en cualquier parte del mundo.