Encima de todo esto que trascendía el 27 de diciembre pasado, dos días después parece que al gran operador/gestor/lugarteniente devenido en Jefe de Gabinete Aníbal Fernández no le cayó tan simpática la idea de que la Presidenta, en su libre albedrío elija sin consultar con él a aquel que le toque el rol de dirigir el rumbo que tomaría el mensaje oficial. Así que luego de haber visto de cerca como se alejaba el titular de TELAM, los obstáculos que se presentaban en el camino del flamante Subsecretario de Comunicación eran suficientes para que nunca llegue a asumir su cargo.
Luego de este primer acercamiento a la noticia, después del corte algunas ideas a reflexionar:
Debo decir que más allá del partidarismo o la subjetividad para los comentarios que uno pueda hacer, la idea de que el Estado no tercerice un servicio que utiliza tanto como es el de la gestión de campañas publicitarias no me parece tan loco.
Poder brindarle fuente de trabajo a la gente que trabaja en el mundo de las Relaciones Públicas, la Publicidad y las Comunicaciones dentro del Estado nunca es una mala iniciativa, el problema es si sus esfuerzos van a estar dedicados al beneficio del conjunto de la sociedad argentina o simplemente para mejorar el posicionamiento mediático de ciertos Ministros, Dirigentes y funcionarios oficialistas.
Hay que entender que esto se complejiza mas aún cuando uno engloba este hecho dentro de un proceso de manipulación de los medios y la publicidad oficial que viene llevando adelante la actual gestión de gobierno, tras la anticonstitucional Ley de Medios y las presiones políticas, fiscales y personales a varios medios, periodistas y grupos empresarios.
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