Juan Martorano
Algunos estamos convencidos que, el diálogo planteado en estos momentos en Venezuela, necesariamente debe abordar el tema de la seguridad ciudadana y la economía. Allí están contenidos los principales males que afectan a todas las venezolanas y a todos los venezolanos.
Para muestra, algunos botones: Nos hemos enterado vía redes sociales digitales, que la televisora comunitaria “Calipso TV” de Ciudad Guayana, el pasado domingo 26 de junio de 2016, algunos de sus trabajadores fueron sometidos y además de ello, les fueron robados algunos de sus equipos.
De acuerdo a las informaciones dadas, esta práctica constituiría una advertencia propia de actividad paramilitar colombiana. Todo esto incluso por trabajos realizados por la zona de defensa integral (ZODI) de la Región Guayana.
Concatenado con ello, nos topamos con la información del portal aporrea.org, en la que el jefe del Centro de Control y Mando del Estado Mayor para los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), Freddy Bernal, informó a través de su cuenta tuiter sobre el asesinato de Elizabeth Aguilera, jefa de la Unidad de Batalla Bolívar-Chávez (Ubch) de la Cota 905.
A su vez, manifestó que esta “mujer revolucionaria que trabajó día a día por su patria y que su único pecado fue creer en una sociedad de iguales”.
En este sentido, Bernal rechazó todo acto que quiera destruir la paz del país y sostuvo que estarán “mano dura contra el paramilitarismo”.
También cabe destacar que en este último fin de semana, 6 efectivos policiales han resultado asesinados. Esto no podemos pasarlo por debajo de la mesa.
Es evidente que este modelo delincuencial importado, de clara y evidente factura paraca del vecino país busca generar un conjunto de condiciones para propiciar la salida violenta de Nicolás Maduro del poder. No podemos bajar la guardia.
Esto muy por encimita y en lo atinente a la primera gran problemática que afecta a las venezolanas y venezolanos, y que está contribuyendo al desquiciamiento de nuestra sociedad.
En cuanto a lo económico, hubo una persona con la que debatí y que me expresó que algunas apreciaciones que he tenido en lo económico, son parte de un cuento y una ficción. En ese debate fraterno entre revolucionarios y revolucionarias, le manifesté a esa persona mi desacuerdo y defendí mi posición, y paso de seguidas a explicarles los por qué.
Primero aclaro que no soy economista. Mi profesión es abogado, aún cuando he hecho esfuerzos por estudiar la economía y los hechos económicos, que no son tan simples como uno quisiera. La economía a veces se maneja de una manera más compleja de lo que uno se imagina. Pero si leo algunas opiniones, además que investigo y trato de obtener algunos datos para sostener mis afirmaciones.
Y en esas evaluaciones, de economistas incluso de la derecha, han señalado y formulado escenarios sobre la mejoría económica venezolana. Ahora bien, esta mejoría no será inmediata, será muy paulatina y esto hace que el momento particularmente sea complejo, porque será el momento más peligroso, en el que los enemigos de clase tratarán de arreciar y escalar en sus ataques.
Pero, lo que me sorprendió un poco, es que en este debate, el compatriota que discrepó de mí obvio algunos elementos en el análisis. Me voy a permitir traerlos en estas líneas.
Debemos admitir y reconocer, como lo afirma el cantautor, amigo y hermano zuliano, Amílcar Briceño, lo siguiente: Nos han montado una economía paralela, todo fue muy bien calculado y planificado.
Destruir el aparato productivo con el “bachaqueo”, incentivando la codicia del comerciante especulador, que prefirió la complicidad al enviar sus productos a otro país en el que retornaron contando 100 veces más y cedieron nuestro aparato productivo a ese país, que sin ser tradicionalmente consumidor de arepa, ahora nos surte de harina pre cocida. Esto es verdaderamente insólito.
No solamente eso, algunos hemos podido observar varios negocios, los más prósperos que hayamos podido ver en nuestras vidas, y que en cuestión de meses se han vuelto grandes emporios. Hoy el 80% de los productos son de factura del país vecino, ya hasta el jabón de baño lo tenemos, eso sí, a precios estratosféricos.
Y esto es así porque el sistema financiero y comercial hegemónico es manejado por los sionistas, gringos y demás aliados. Nos quieren cobrar nuestra decisión de ser soberanos, libres e independientes.
Lo cierto es que, destruyeron lo poco que habíamos avanzado con nuestro aparato productivo para arruinarnos a las venezolanas y a los venezolanos.
Pero lo peor, también se aprovecharon de todo el sistema de distribución de la única alternativa contra los productos manufacturados, se adueñaron de nuestros propios productos agrícolas y la diferencia entre lo que cuesta en el campo y lo que cuesta en la ciudad es de casi 1000%.
Debemos reconocer que este cráter no se tapa con discursos revolucionarios ni arengas anti imperialistas, ni mucho menos entregando nuestras riquezas de nuestro suelo a transnacionales que jamás nos rendirán cuentas, y si lo hacen, no será precisamente para el beneficio de las grandes mayorías, tampoco haciéndose de la vista gorda ante los desmanes que son escandalosamente públicos.
¿Qué pasaría con la Ley Orgánica de Economía Comunal y del Sistema Económico Comunal? ¿La ley Orgánica de Comunas? El amigo Amílcar planteo la propuesta ACOPLES, la cual fue objeto de un artículo en aporrea.org y otros portales, pero como él mismo lo expresa: “se limpiaron el cutis con eso”
Pero que nadie culpe a nuestros hermanos y hermanas de Colombia, ellos también están padeciendo lo mismo en la frontera, se trata más bien de mafias sin patria ni nacionalidad, traidores de oficio.
Solo sé que mientras resistimos esta agresión económica, muy pocos, por no decir ninguno, se conduele del pueblo trabajador. Incluso veo como cada día los que critican desde el Gobierno se parecen más a lo que tanto han criticado.
Lo que si expreso, es lo siguiente, y apeló nuevamente a Amílcar y sus reflexiones:
¿Qué hay agresión económica? Es verdad.
¿Qué hay bachaqueo? Muy cierto.
¿Qué hay acaparamiento? Innegable.
¿Qué hay especulación? Nadie lo duda.
Pero una cosa también es cierta:
Si no hubiese complicidad de algunos funcionarios del Estado en estos terribles flagelos, estos jamás habrían avanzado y avanzarían un solo milímetro.
Cada día nuestras ciudades amanecen desoladas y todo aumenta en un solo día. Cuidado con esto porque la gente está perdiendo la fe.
Es por ello, que una primera gran propuesta que le hago de manera respetuosa al Presidente Maduro es que tienen que rodar cabezas… y grandes, no solo la de los pendejos.
Es necesaria hacer una Revolución dentro de la Revolución. Es vital e indispensable depurar nuestras filas.
La falta de seguimiento y evaluación de las políticas públicas es lo que nos está jodiendo. Y esto no es tarea exclusiva del Presidente Maduro. Pero si me permito formar equipos de gente comprometida que lo apoye en esta difícil tarea.
En estos momentos, la agenda de la cotidianidad que pretende manejar la derecha, esta derrotando a la agenda política del Gobierno.
Por ello, pienso que en nuestra comunicación que debemos tener con nuestro pueblo, debemos agregar el tema de la cotidianidad, de cómo vamos las fuerzas revolucionarias a apoyar al Gobierno para que atienda los problemas más urgentes y sentidos de nuestro pueblo, sobre todo de aquellos sectores más vulnerables.
Pero también eso debe hacerse sin excluir a sectores como los profesionales y técnicos, y a la clase media, que en estos momentos no se ve ni se siente reflejada reconocida por el Gobierno Bolivariano en sus ejecutorias. Y ese fue el gran mérito de Chávez, que también a estos sectores tuvieron inclusión y participación.
Hay que tener una estrategia inteligente e inclusiva en estos momentos complejos y difíciles.
¡Basta de impunidad!
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
Abogado, Activista por los Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC).
jmartoranoster@gmail.com @juanmartorano