Noticias como esta pueden hacer correr ríos de tinta, levantar especulaciones inexactas y crear angustia en los padres. Lo lamento por los padres de la niña. Perder a una hija de forma brusca por una enfermedad infecciosa tratable y curable, en la mayoría de los casos, es desolador.
Me he referido a las especulaciones inexactas. En la noticia consta que la niña ha fallecido "tras sufrir un brote infeccioso de meningitis". Las personas desconocedoras de este tipo de infecciones, es decir, la gente de la calle creerán que en ese colegio de Sabadell se ha iniciado una epidemia. Los familiares de los demás niños que van esa escuela deben estar aterrados, con miedo de llevar a sus hijos y llamarán desesperadamente a sus pediatras para saber lo que han de hacer. Algunos, reticentes a las vacunas, hasta pedirán con vehemencia que se las pongan rápidamente.
Desconozco si en esa escuela hay más casos de meningitis pero la alarma social ya se ha puesto en marcha. El "¡Ha muerto una niña de 3 años de meningitis en Sabadell!" retumbará durante varios días. En cambio, nadie recuerda a los muchos niños fallecidos por accidentes de tráfico. Si éstos fueran debidos a meningitis sería un escándalo monumental.