La alegría es solo Millonaria

Publicado el 17 noviembre 2010 por Marianofusco

Actitud. Nada más que eso fue lo que tuvo River, y lo que le faltó a Boca. Desde el minuto 5 que Riquelme pidió el cambio, el equipo entró en un pozo del que no salió nunca. Nada salió bien. Los 3 jugadores que conformaban el medio de Boca perdieron todo frente a Almeyda, Pereyra y compañía. A partir de ahí, el local construyó juego con Lamela y con algunos movimientos claves de Ortega y con un Pavone casi imparable para el fondo Xeneize, y fue mucho más en la primera parte. Si uno busca hablar de merecimientos, el gol debería haber llegado en la fase inicial, donde fue ampliamente superior y tuvo 3 claras.

La segunda etapa arrancó con Chavez y sin Riquelme. El juego, otra vez, estuvo para el Millonario y, con justicia, a los 8 min. Llegó el gol. Fue Maidana, cumpliendo con la ley del ex, quien escapó de la marca de Cellay y metió un muy buen cabezazo cruzado de pique al suelo, lo que hizo imposible la estirada de García y se coló por el palo derecho del joven arquero de Boca. Los minutos posteriores mostraron a un Borghi apático, que mandó a la cancha a Víatri y Monzón para ver si, ahora con dos torres, podían conectar un centro (que fue lo que tiró todo el partido). Del otro lado, el equipo de J.J López se metió atrás y trató de buscar de contra. La inclusión de Arano por Pereyra demostró las intenciones del entrenador.

Después, todo transcurrió sin sobresaltos. Los minutos corrieron y corrieron hasta que la victoria se materializó. Fue un triunfo importante para River, para sus jugadores, y para el técnico; por el hecho de ser el clásico y porque, durante esta fecha 14, sus competidores directos en el descenso sacaron puntos. Por el lado de Boca, la renuncia de Borghi es inminente, con 14 partidos encima, nunca encontró el equipo, a pesar de que había pedido a todos sus jugadores.

La figura fue Almeyda, quien sintió verdaderamente el tipo de partido ál que se enfrentaba.