Allí fueron asesinados los treinta y siete caballeros de la familia Abencerrajes, reunidos con ocasión de una fiesta allí celebrada.
El sultán ordenó decapitarlos, cegado por lo celos.
Los caballeros de una familia rival, los Zenetes, habían inventado una historia de amor entre uno de los Abencerrajes y la sultana.
Los Zenetes tenían envidia de la influencia que ejercían los Abencerrajes sobre el sultán y querían que fuesen eliminados.
Se cuenta que el color rojizo que aún se observa en la taza existente en esta sala, y el canal que lleva su agua hasta la Fuente de los Leones, se debe a la sangre derramada en aquella fecha.