Está claro que es importante educar a nuestros hijos para que el día de mañana opten por una alimentación saludable. Pero cuando hablamos de enseñar, guiar o educar a nuestros pequeños en temas alimenticios no deberíamos hablar de forzar ni obligar a comer.
A menudo se oyen posturas que defienden que hay que obligar a los niños a comer lo que se les pone en el plato les guste o no les guste. De este modo puede ser que terminen toda la comida pero también puede ser que ese niño coja una especial animadversión por dicho alimento. Cuando se habla de no forzar a los niños a comer también es cierto que se confunde con la idea de dejarles comer lo que quieran. Es el otro extremo que tampoco conviene para una buena educación alimentaria. Si damos a un niño dos opciones de un mismo tipo de alimento, no le estamos malcriando y tampoco le estamos forzando. Cuando hay que comer verdura, si el pequeño prefiere la judía verde a las acelgas, es mejor empezar por las judías verdes. Darles opciones no significa que escojan entre verdura o patatas fritas porque todos sabemos qué escogería la mayoría de los niños. Darles opciones significa enseñarles que deben comer sano pero que sus madres respetan que algún alimento concreto no les guste demasiado.Los niños, de la misma manera que crecen y cambian por momentos, también cambian sus gustos culinarios. Por eso, si hace unos meses no querían las acelgas, no está de más volver a ofrecerlas pasado un tiempo porque es posible que entonces sí que les gusten.Lo que está claro es que la educación alimentaria de los niños ha de ser en positivo, porque si no corremos el riesgo de hacerle creer a nuestros hijos que el momento de la comida es un momento de auténtica tortura. Poco a poco, y con paciencia, los niños pueden acabar comiendo de todo, o casi todo. Es importante también aprender a alternar los distintos tipos de alimentos. No dar siempre verdura y pescado a un niño porque es más que probable que lo terminen aburriendo. Lo mismo sucede con el postre. Se puede alternar la fruta con algún tipo de yogurt que también es un alimento sano. Como el vasito clásico de Danonino, que son 55 gr de queso fresco semidesnatado y está elaborado con leche 100% fresca. El momento de las comidas se puede convertir en un rato agradable si le ponemos imaginación y paciencia y aprendemos a respetar a nuestros hijos. Sorteo de un Mapamundi y un DVD