La amenaza y la oportunidad

Por Antonio J. Alonso Sampedro @AntonioJAlonso

Tras finalizar Marathon-15%, hace un año ya, decidí descansar física y mentalmente por un tiempo de los retos pero claro, sin dejar de entrenar, pues nunca los he necesitado como estímulo para garantizarme la continuidad. El no ser aficionado a correr carreras populares me lo facilitaba y solo parecía que un nuevo desafío personal podría romper ese pacto que quería preservar.

Pero la casualidad en ocasiones es muy traicionera y sin buscarlo me encontré con el anuncio de la “XXXII Subida Internacional Granada-Pico Veleta” (50 km., con casi 2.800 m. de ascensión, desde los 626 m. de altura de Granada hasta los 3.390 m. del Veleta), a celebrar el próximo 7 de Agosto y que tiene la consideración de ser la subida más dura del mundo (5,5 % de pendiente media en 50 km.), aunque yo defienda que no es comparable a Marathon-15% (15% de pendiente media en 42 km.). Sin mayores consideraciones, me apunté y para reconocer la parte más exigente del trayecto, en los primeros días de Junio, me trasladé a Sierra Nevada para realizar la ascensión de los últimos 14 km. desde Pradollano (donde se encuentran todos los apartamentos de la estación de esquí y el Centro de Alto Rendimiento) al Veleta, con vuelta también a pie.

Embarcado en este sorpresivo nuevo proyecto, algo me hace sentir culpable por traicionar mi pacto de descanso y a la vez estoy contento por abordar otro desafío de los de verdad. Y así, recuerdo un fragmento contenido en “La amenaza y la oportunidad”, la Crónica 72 de “Marathon-15%: 115 CLAVES DE SUPERACIÓN PERSONAL” que dice…

“… No hay reto o proyecto en la vida que no podamos doblemente caracterizar, bien como amenaza o bien como oportunidad. Como amenaza, porque todo lo iniciado por propia voluntad nos debe obligar con trabajo a procurarlo finalizar y de no producirse esto sin una causa justificada, con seguridad que algún perjuicio nos ocasionará. Como oportunidad, pues es indudable que cualquier logro abre puertas a otros más. Esta intrínseca dualidad se encuentra siempre disponible para quien en conjunto la quiera contemplar y no se enfoque hacia uno solo de los aspectos, que por lo normal suele coincidir con el más negativo y fácil de identificar.

La vida me ha enseñado que es posible elegir el cómo mirar: si asustado por ver en todo una amenaza que atenta constantemente contra mi integridad o alertado por descubrir que oportunidad se esconde tras cada problema y como la soy capaz de aprovechar. Solo es una cuestión de actitud personal…”.

Saludos de Antonio J. Alonso