La condena al otrora 'líder mundial', el bastante pícaro Lula da Silva, es un faro que se enciende en la ya muy larga madrugada latinoamericana que, aunque a empujones, está dando paso a la luz de un nuevo amanecer cargado de esperanzas.
Esperanzas de asomarnos al mundo del siglo XXI libres de esa pandilla de truhanes que por un par de décadas tomó por asalto los tesoros nacionales de nuestros cándidos países.
Lula, condenado hoy por corrupción a nueve años y medio de prisión por un tribunal de su país , conformó junto con Fidel y Chávez el trío más funesto y perjudicial para la calidad de vida de los venezolanos.
Pasarán muchas décadas para que la economía venezolana pueda recuperarse de los embates de estos míseros y despreciables personajes.
Juan Manuel Camacho @jmcamachoa
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