La amiga estupenda

Publicado el 06 octubre 2016 por Aleon @Aleonpizarro
de Elena Ferrante.

Título: La amiga estupendaAutora: Elena FerranteEditorial: Lumen, 2012Páginas: 392
Resumen oficial.
Con La amiga estupenda, Elena Ferrante inaugura una tetralogia deslumbrante que tiene como telón de fondo la ciudad de Nápoles a mediados del siglo pasado y como protagonistas a Lenù y Lila, dos jóvenes mujeres que están aprendiendo a gobernar su vida en un entorno donde la astucia, antes que la inteligencia, es el ingrediente de todas las salsas.La relación a menudo tempestuosa entre Lila y Lenù viene acompañada de un coro de voces que dan cuerpo a su historia y nos muestran la realidad de un barrio pobre, habitado por gente humilde que acata sin rechistar la ley del más fuerte, pero La amiga estupenda está lejos del realismo social: lo que aquí tenemos son unos personajes de carne y hueso, que nos intrigan y nos deslumbran por la fuerza y la urgencia de sus emociones.
Por primera vez Ferrante aborda una narración muy amplia, poniendo en escena un verdadero tableau vivant donde no hay espacio para el tópico: todo es vida y todo respira al hilo de la mejor literatura.
«El reto para quien escribe es llenar la distancia entre lo que vives y lo que cuentas, sentir físicamente el impacto de la narración...»
Impresión personal.
Dicen los entendidos que a medida que avanzamos en edad vamos recordando mejor las cosas que nos acontecieron en nuestro pasado más remoto y menos las cuestiones del pasado reciente y nos tornamos más olvidadizos. Y debe ser cierto porque leyendo este magnífico libro he viajado mentalmente por mi infancia como si estuviera replicando, en un viaje paralelo, la historia que nos va contando en primera persona Lenù. Tengo que reconocer que, al menos en la infancia, me he identificado mucho con Lila porque yo fui la típica "niña mala" de mi época o "movidita" en palabras de mi encantadora abuela. "Desde siempre, la diferencia entre tu y yo es que a mi la gente me tiene miedo y a ti no" es lo que Lila le dice a Lenù en una de sus charlas. Y es que aunque parezca mentira en algunas épocas la calle, que era un delicioso campo de juegos infantiles, también era una selva en la que los equilibrios se rompían con facilidad y era necesario ser fuerte y saber defenderse. Las amigas "buenas" buscaban refugio en personas como Lila, que siendo inteligentes también sabían sobrevivir en esa selva que pretendía engullirlas y hacerlas claudicar de sus intereses personales.
La amiga estupenda es una delicia de historia, la historia de dos amigas desde que empiezan en su más tierna edad a compenetrarse, medirse y acabar en una perfecta comunión en la que no importa la distancia, la diferencia de actividades que realicen o los caminos diferentes por los que la vida las lleve; Ellas saben que siempre están ahí, que siempre pueden contar la una con la otra. Y las dos amigas son dos personajes bien marcados y definidos aunque totalmente diferentes, tanto que a veces puedes pensar y preguntarte qué es aquello que las une siendo tan distintas. Por una lado, tenemos a Lila, una niña con una inteligencia por encima de la media y desperdiciada por las circunstancias familiares que la acaban abocando a colaborar con el sostenimiento de su familia y abandonar sus estudios por mucho que éstos le entusiasmen. Y es que Lila tiene sed de conocimiento y devora los libros sean de lo que sean sin nadie que la tutorice. Sin embargo, aunque emplea su inteligencia para seleccionar el mejor destino posible de los que en un momento dado se le ofrecen, se ve obligada a dejar los libros y comenzar una vida que en otras circunstancias seguramente no hubiera escogido. Por otra parte, tenemos a Lenù, que es quien nos está contando la historia haciendo memoria ya de mayor porque su amiga se ha "esfumado" sin dejar rastro. Lenù es una niña "buena" e inteligente pero, sobre todo, constante a la hora de afrontar aquello que quiere y durante mucho tiempo su deseo era parecerse a Lila, ser tan lista como ella, algo que la hizo una luchadora tenaz y que ha ido conformando los derroteros por donde camina su vida a pesar de sus dudas sobre la rentabilidad que tienen los estudios de cara a mejorar en la vida y poder llegar a traspasar las fronteras de ese barrio pobre donde todos viven como suspendidos en el tiempo.
Alrededor de estas dos protagonistas, Ferrante nos presenta toda una ristra de personajes que encajan perfectamente en el barrio napolitano donde se desarrolla la novela. En ocasiones, toda esta cantidad de personajes, familias y las relaciones que se establecen entre ellos me ha traído a la memoria a La Colmena de Camilo José Cela y eso que al principio pensé que con tanto nombre y tanto mote me iba a liar y me iba a perder. Lo cierto es que no ha sido así y que la manera de escribir y de contar historias de la autora, te guía por todo ese galimatías de nombres sin que en ningún momento me haya sentido perdida en el barrio sin saber quien es quien. Y es que Elena Ferrante escribe y cautiva a la vez con su prosa y tu te dejas llevar a todos los rincones de las casas y de las vidas en las que limpiamente te introduce. Me ha encantado asomarme con ella a cada ventana, husmear en sus vidas, oler sus guisos de supervivencia, alegrarme de cada pequeño avance y dolerme por las desgracias. Los italianos y, más en concreto, los napolitanos, no están tan lejos de andaluces y extremeños de la posguerra española. Me han faltado unas pocas familias gitanas, el cura y alguna pareja de guardia civiles y el símil hubiera sido perfecto.
Y si conocer a los personajes ha sido una delicia, conocerlos en ese barrio napolitano que constituye su mundo ha sido genial. La autora recrea con soltura y con mucho tacto un barrio de la Nápoles de los años 50, un barrio que a veces es refugio, a veces una cárcel de la que escapar y otras una aspiración en la que permanecer, posturas que definen también a cada personaje y sus aspiraciones personales o las de sus familias. Un Napolés humilde, excesivamente humilde, donde las oportunidades para prosperar son tan reducidas que son mayores las frustaciones personales que los triunfos. Cualquier cambio es una victoria que celebrar: conseguir una televisión, un coche, un vestido nuevo o una miserable muñeca. El valor de las cosas se triplica en función de las oportunidades para conseguirlas y éstas son tan escasas, que todo tiene un valor mayor. No hay duda que esta perspectiva es algo que hemos perdido con el paso de los años y que vivir en esta tremenda sociedad de consumo provoca que todo nos vale escaso tiempo y nuestra felicidad se difumina rápidamente cuando conseguimos los bienes, muchas veces con muy poco esfuerzo.
¿Qué os voy a decir? A mi me ha fascinado esta gran "familia" napolitana, conocer las raíces de donde parten Lila y Lenu a través de su infancia y su adolescencia y quiero seguir sabiendo a donde les lleva la vida, a donde lleva a cada pieza de ese puzzle napolitano que Elena Ferrante nos ha dibujado con tanta delicadeza. Como en un juego, quiero saber más de sus movimientos, de lo que consiguen y de todo aquello en lo que fracasan, y quiero dejarme llevar de la mano por la autora y mirar la evolución de esa ciudad.