La amistad de harvard y de aristóteles

Publicado el 26 febrero 2024 por ArÍstides

CONOCIDOS MUCHOS; AMIGOS CASI NINGUNO Refrán español

Bueno, pues vamos allá. Hoy le pensaba dar a las teclas reflexionando sobre dónde queda la dignidad (lo más sagrado del ser humano) de aquellos ciudadanos que recogen la mierda de sus perros con las manos para que otros no la pisemos. Queda pendiente por cambio de planes. Harvard y Aristóteles piden paso; y para ellos "caminito de plata".

La gente de Harvard se ha dedicado a estudiar durante 85 años (largo lo fían) la importancia de la amistad para ser feliz (así, a secas. Cada cual sabrá). Han llegado a la conclusión (para esto no hacía falta 85 años, pero en fin) de que es muy importante, para sentirnos seguros y bien con nosotros mismos, disponer de relaciones sociales de calidad y duraderas. El estudio señala que el 60% de momentos de felicidad nos lo proporcionan las amistades, porque gracias a ellas superamos los malos momentos y porque generan buenos recuerdos (bien).

En el estudio, los sicólogos de la universidad señalan que aquellas personas con habilidades sociales se perciben como más agradables que el resto. Ayuda a establecer lazos de amistad el ser gracioso, divertido, amigable (redundancia al canto), abrirse emocionalmente y participar en actividades sociales. Unas cualidades muy valoradas son el sentido del humor y el optimismo (muy bien).

Lo siento por Harvard y por el tiempo invertido, aunque de lo suyo gastan, pero Aristóteles,que era una persona leída e inteligente, les ganó por la mano cuando publicó su libro titulado Ética Nicomáquea, donde señala que hay tres tipos de amistades. Estas son:

Amigos útiles: son los que se dan en las relaciones laborales y en las que prima el dar a cambio de algo. Es como decir: "amigo de muchos, amigo de ninguno".

Amigos de placer: son lo que con su sola presencia ya te sientes bien porque ocasionan admiración y buen rollo. Es decir: "En prisión y enfermedad se conoce la amistad".

Amigos perfectos: no solo son amistades de utilidad y de placer, como las anteriores. Son relaciones de crecimiento personal mutuo, que no buscan nada a cambio pero proporcionan consuelo y alegría. Es aquello de: "amigos los justos y vale".

Y llegados aquí, si los de Harvard hubieran leído a Aristóteles quizás se hubieran ahorrado 85 años de investigaciones, que ya es. Lo dice el refrán: "para este viaje no se necesitan alforjas" (no lo aclaro porque se entiende). Fin.