La amistad entre la Virgen y María Magdalena en el cine

Publicado el 02 junio 2010 por Amendiz @alfonso_mendiz
Nada nos dicen los Evangelios sobre la relación de afecto y amistad entre la Virgen y la Magdalena. Tan sólo se menciona que estuvieron unidas en el doloroso trance del Calvario, cubriendo el hueco que dejaron los Apóstoles con su ausencia: “Estaban junto a la cruz de Jesús su Madre, y la hermana de su Madre, María la de Cleofás, y María Magdalena” (Jn 19, 25). Sin duda, mucho antes de esa escena debió de nacer entre ellas una tierna y profunda amistad. ¿Cómo no habrían a sentirse especialmente unidas las dos mujeres más importantes en la vida del Maestro?
El cine ha tendido a rellenar ese silencio de las Escrituras imaginando cómo pudo haber surgido su conocimiento y su amistad.
La primera película que desarrolló esta subtrama entre ellas fue “Rey de Reyes” (Nicholas Ray, 1961), que fue rodada en España. La Magdalena (una jovencísima Carmen Sevilla) acaba de ser salvada por Jesús de una multitud alborotada que quería apedrearla, pues el filme la identifica con la mujer adúltera. Conmovida por el gesto de ese Hombre y por la santidad que emana de su figura , quiere conocerle personalmente y se dirige a su casa, donde es recibida por María. En seguida se siente acogida por Ella, de modo que se reconoce pecadora y le pide que interceda cuando esté delante de su Hijo…

Otra película que muestra la profunda afinidad entre ambas mujeres es “Jesús de Nazaret” (Zeffirelli, 1977), sobre todo en la secuencia del Calvario. Los soldados romanos han creado un círculo en torno a la Cruz y no dejan acercarse a nadie. En estas llega la Virgen con María de Cleofás, y les impiden el paso. Pero el centurión (que en el filme es el mismo centurión que pide a Jesús la curación de su criado: Mt 8, 5-13) reconoce a la Virgen y le permite el paso. Es entonces cuando se produce el gesto de audacia de la Magdalena, que quiere acceder también al círculo íntimo y estar así junto a la cruz. Los soldados le detienen y le preguntan: “¿Eres de la familia?”. Ella y María cruzan sus miradas, y la Virgen sale en su defensa: “Sí, es de la familia”, porque recuerda lo que dijo Jesús: “Quien cumple la Voluntad de mi Padre, ese es mi hermano, y mi hermana y mi Madre” (Mt 12, 50).
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A propósito de la amistad entre la Virgen y la Magdalena, pasado mañana comentaré cómo lo reflejó otro filme de los 90; y el lunes próximo, cómo quedó plasmado –de forma magistral– en el filme “La pasión de Cristo”, de Mel Gibson.