La apariencia física y personal del chef, son el reflejo de lo que pueden esperar sus comensales, respecto al adecuado hábito de alimentación sana.

Por Anthony Villalobos @mastercheftony

La apariencia física y personal del chef, son el reflejo de lo que pueden esperar sus comensales, respecto al adecuado hábito de alimentación sana.

Aunque el emblema de la alta cocina por años ha sido la imagen del chef gordito con un delantal. Sus cucharones y un mostacho elegante, la realidad es que un chef obeso o excesivamente gordo, demuestra que sus hábitos alimentarios no son los más adecuados, a excepción de algunas personas que por motivo de algún padecimiento como la tiroides se ven afectados en su complexión física.

Somos el reflejo de lo que comemos y nuestra apariencia física así lo hace ver, entonces un chef que se mantenga con un adecuado aspecto inspira o debe de inspirar más confianza a sus comensales que uno con problemas de obesidad, puesto que como profesionales debemos de conocer los adecuados procesos de elaboración de los alimentos y por ende lo primordial seria nuestra propia dieta.

Si no nos ocupamos de nuestra propia salud, menos podríamos decir como profesionales que nos ocupamos de la salud de nuestros clientes, algo que cada día se vuelve más trascendental ante el alto índice de obesidad en nuestra población, y personas que requieren comer en centros alimentarios como comedores institucionales, sodas de paso, restaurantes, barras de autoservicio, etc.

Estas personas cada vez, ven más la necesidad de contar con profesionales que además de cocinarles rico, como en casa, también se ocupen de algo por lo que el cliente en teoría no paga, pero que debería de ser el plus principal de todo restaurante, ofrecer un menú balanceado y adecuado a las necesidades de cada uno de sus clientes, así pues el comedor de una empresa constructora no tendrá el mismo menú que el de una empresa de oficinas, o el comedor de colaboradores de un ingenio azucarero no tendrá el mismo menú que un colegio privado, ya que el esfuerzo físico que realizan es totalmente diferente y por ende, debe de haber un profesional capaz de tomar en cuenta todos esos detalles.

Lo más importante es que este profesional, dé muestras de que su alimentación personal va acorde con su profesión, o sea, un chef gordo, o con una salud desmejorada definitivamente no da una buena señal a sus comensales. Ya que no demuestra contar con un adecuado balance nutricional en sus hábitos alimentarios.

Tampoco uno anoréxico, la vida agitada y el ritmo al que vivimos hoy, hace que la alimentación tenga matices de uno de los principales prospectos de el tipo de salud que tengamos en el transcurso de nuestra vida.

El elaborar adecuadamente los menús, aprovechando los productos naturales, libres de químicos, frescos y en la medida de lo posible evitando enlatados o preelaborados, así como las opciones adecuadas de carbohidratos, proteínas, etc. Aunado a unas buenas prácticas de manufactura de los alimentos(BPM), van a hacer nuestro menú más interesante para la gente que verdaderamente valora su salud, y que cada día son más, así se ve que proliferan en el mundo los Green markets, el movimiento de slow foods, y los naturistas, orgánicos, macrobioticos, vegetarianos, lacto ovo vegetarianos, pesco vegetarianos ,etc.

Además de personas con intolerancias a ciertos productos como el gluten, la lactosa, los tbhq, el gluatamato monosódico, las sales nítricas y otros. También los ejercicios como yoga, spinning y un sinfín de gimnasios con oferta de mil y una clase de formas de ejercitar el cuerpo, tae bo, capoeira, swing gym, etc,etc.

Entonces el profesional culinario moderno es una persona con una apariencia física de buen ver y que le inspiren confianza a sus comensales. El cocinero moderno es todo un atleta, y por supuesto un conocedor de nutrición.

El divino tesoro de su conocimiento lo demuestra en su aspecto bien cuidado, ya no es el del mostacho y gordo con delantal chorreado, es un tipo de apariencia impecable, bien rasurado, uniforme limpio como un ejecutivo en su oficina y de una complexión física envidiable, que haga que los comensales quieran tener su apariencia, saludable y bien cuidada. Alguien que inspire la confianza de preguntarle qué me recomienda comer hoy.

Definitivamente el cocinero moderno no es solo el responsable de su salud personal sino que también somos los que tenemos en nuestras manos la salud de nuestras familias y de miles de personas que día a día deben de consumir nuestras preparaciones culinarias.

Así que tenemos en nuestras manos la salud de la mayoría de la humanidad que cada vez es más sedentaria y con hábitos muy poco saludables, en nuestras manos está el que a futuro nuestros parientes, amigos y personas que a lo largo de los años se alimentaron con nuestro trabajo tengan una verdadera calidad de vida, sin padecimientos generados por malos hábitos alimentarios, ser los que conscientemente tomemos la batuta de mantener como habito en nuestro restaurante una dieta equilibrada para nuestros clientes que nos vistan a diario y a los que le debemos mostrar que no solo les brindamos un servicio de calidad, sino que también nos preocupamos y nos ocupamos de su salud. MENUDA RESPONSABILIDAD!.