Iván y Pedro, en su negro matrimonio estratégico, han avanzado siempre hacia la crueldad. hasta el punto de convertir el sanchismo en un "maltratador" de los españoles, a los que ha empobrecido, mentido, engañado, encandilado con falsas promesas, ocultado verdades, manipulado, expoliado, mandado al desempleo y destruido sus ilusiones y esperanzas. Ha llegado tan lejos en la "tortura" que los ciudadanos se le han rebelado, empezando por Madrid, que siempre ha sido en España cuna de los mejores rebeldes. Ahora, mas de media España forma la cola de la revancha, en la que esperan a que se abran las urnas para castigar a Sánchez.
El veterano periodista José María Pagador, director del periódico digital Propronews, es uno de los mejores conocedores de Iván Redondo, del que dice: "Esta última secuencia de desastres socialistas -la anterior fue bajar de 123 a 120 escaños en el Congreso de los Diputados- empieza cuando el “gurú” concibe la “Operación GASEL” (“Ganar Autonomías sin Elecciones”, como la llama un destacado líder socialista que nos pide anonimato), es decir, una “estrategia” para conquistar por la puerta de atrás las autonomías gobernadas por el PP en coalición con Ciudadanos, promoviendo la traición del partido naranja." Y continúa: "Cegado por el “éxito” de la moción de censura a Rajoy, y habida cuenta de que nunca Iván Redondo ha conseguido para sus asesorados un buen resultado electoral en segundas, sino solo la primera vez por el cansancio de décadas de gobiernos socialistas -de hecho, fue su “asesoramiento” lo que destruyó la carrera política de Monago-, el “gurú” calculó que Murcia, Castilla-León, Madrid y seguramente también Andalucía, podrían caer una tras otras, como fichas de dominó, con la ayuda de ciertos traidores hasta entonces coaligados con el PP en dichas autonomías, ganándolas para el PSOE sin ningún esfuerzo y solo gracias a su innata genialidad, en un alarde supremo de fallido ilusionismo. Todo ello, a la manera de esas series de Netflix y de otras plataformas, en las que tanto él como Pablo Iglesias han confesado que se inspiran."
Bajo el dúo malévolo Sánchez-Redondo, el PSOE se ha comportado como uno de esos menas mantenidos por el Estado que se dedican a amenazar e intimidar a los habitantes del barrio. Para colmo, el mena sanchista se ha unido a lo peor del barrio (comunistas, golpistas, independentistas, proetarras, etc.) para formar una banda más temible y capaz de aterrorizar.
Unido a su banda como una piña, el sanchismo ha arruinado a decenas de miles de autónomos y empresas, ha subido los impuestos con terquedad inusual, mientras el resto de Europa los bajaba, ha restringido las libertades, ha mentido hasta el cansancio, ha gestionado la pandemia sin tino ni acierto, ha maltratado a los ancianos en las residencias, ha engordado todavía más el Estado, ha aumentado los privilegios de los políticos, ha comprado medios y periodistas, ha utilizado el dinero público de manera arbitrario y corrupta y no ha sido capaz de renunciar ni a uno sólo de sus casi infinitos privilegios, derroches y ventajas.
Ahora, algunos sectores del PSOE culpan a Iván Redondo de la debacle de Madrid. Se trata, como es habitual, de cobardes que no se atreven a culpar al verdadero culpable, que es Pedro Sánchez, pero el fuego hostil ya se acerca peligrosamente al líder, que terminará quemado.
El gran pecado del dúo siniestro Sánchez-Redondo es haber olvidado que los dos principales deberes del líder democrático son ser ejemplares en conducta y procurar siempre la felicidad de los administrados. Ellos han sido justo lo contrario: crueles, déspotas, mentirosos y tramposos, al mismo tiempo que en lugar de hacer felices a los españoles los han saturado de miedo, desilusión, pobreza y maltrato. Es casi imposible caer más bajo en política.
Pero la marea de la indignada revancha ciudadana ya se ha desatado y a ver quien la detiene.
Francisco Rubiales