Seguro que os gustaron tanto la solución ecointeligente de madera integrada en un museo, como el espacio de oficinas con certificado LEED Gold que os mostramos en el último artículo de nuestra serie sobre arquitectura ecológica.
Seguro que estos ejemplos tampoco os dejan indiferentes:
Refugio Gervasutti
De planteamiento similar al Refugio du Gouter, también ubicado en los Alpes, el nuevo Bivacco Gervasutti firmado por Luca Gentilcore pretende ser un prototipo de refugio replicable.
Está anclado a una altitud de 2.835 metros en una ladera del Mont Blanc
Esta propuesta del estudio italiano Leapfactory sustituye a una estructura existente previamente dedicada al alpinista Giusto Gervasutti. Esta cabaña moderna puede dar refugio cómodamente a 12 personas y se trasladó a su ubicación con un helicóptero convencional, trasportándolo en módulos laminados de 600 Kg cada uno.
Sujeta toda la estructura una viga trapezoidal que se fija a la ladera mediante solamente 6 puntos
En la cubierta curva de la cabaña se han instalado paneles fotovoltaicos. Los arquitectos sugieren que podrían utilizarse estructuras similares en ubicaciones destinadas al ecoturismo o a la práctica deportiva a modo de instalaciones temporales (asistencia médica, puntos de control, zonas de descanso, oficinas de prensa) y en el campo comercial (oficinas de venta, taquillas …)
Aunque el Refugio Gervasutti evita claramente fundirse con su entorno, su naturaleza reversible y su mínimo impacto ecológico y convierten en un claro referente para futuros diseños sostenibles que deban ser ubicados a gran altitud.
Ananti Club Seoul
Este club se encuentra a los pies de una famosa montaña cercana a Seúl (Corea del Sur) y está rodeado por una densa vegetación. En parte para evitar dañar el paisaje, las instalaciones esenciales, con la excepción de un dosel y una torre, se construyeron bajo tierra.
Según explica el autor, el arquitecto surcoreano Ken Sungjin Min, en un esfuerzo para reducir costes energéticos y aumentar la sostenibilidad del edificio, el 92% de la superficie del edificio se inserta en la tierra
Una sala de recepción de 90 m2 conduce al propio club. Toda la estructura ha sido concebida pensando en la privacidad y evita gestos arquitectónicos espectaculares. Se ha buscado componer una atmósfera única, controlada y armonizada con la naturaleza mediante la yuxtaposición de la forma orgánica y el espacio de la entrada principal, un restaurante lineal y una torre.
Se pensó mucho qué vista del paisaje ofrecer mediante el cálculo de la posición y la altura de todas las ventanas. La arquitectura impregna el terreno y se hace parte de la naturaleza al tiempo que hace a ésta visible desde el interior a través de huecos diseñados para tal efecto.
Los casos que acabamos de presentar son ejercicios de versatilidad y originalidad aplicados en dos situaciones muy diferentes, pero con puntos comunes en los que se inspira el diseño sostenible.
Y a ti, ¿cuál de los dos te resulta más atractivo?
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