La arquitectura ecológica tiene sus ejemplos (8)

Por Ecointeligencia @ecointeligencia

Hemos conocido en Dinamarca una central eléctrica con pista de esquí y un edificio de oficinas con una curiosa una fachada ecointeligente.

Sigamos con las torres, y si son verdes, mejor:

Torre Prime

Los arquitectod suizos Gigon / Guyer han demostrado en su reciente proyecto en Zurich (Suiza) que un rascacielos verde, con 36 plantas y 126 m, puede presumir de diseño sostenible.

Este estudio suizo ganó en 2004 el concurso para construir el proyecto, situado en el distrito Maag-Areal de Zurich. La torre cuenta con el prestigioso certificado LEED Gold. Utiliza una bomba de intercambio de calor de agua, conversión de los residuos del edificio del edificio y los sistema de refrigeranción en energía, calefacción / refrigeración combinada con almacenamiento de calor y hielo, y ventanas parcialmente practicables.

Los estándares LEED han sido adaptados a diversas tipologías de edificio por lo que tienen en cuenta las necesidades de las estructuras altas

El complejo incluye el edificio de oficinas principal, además de Cubus, un espacio comercial y de oficinas, y Diagonal, un edificio calificado como industrial y que ahora acoge un restaurante, galerías de arte y despachos.

El terreno se ubica en lo que antes era una zona industrial casi inaccesible de la periferia de Zurich. La planta octogonal irregular de la torre de cristal verde y sus articulaciones y protuberancias en voladizo implican que adopta distintos aspectos según el ángulo de observación.

Los arquitectos también se encargaron de los interiores del vestíbulo de entrada, área de conferencias, restaurante abierto al público y bar, y las instalaciones para un prestigioso bufete de abogados y un conocido banco.

Torre de oficinas 1 Bligh

Este edificio de Ingenhoven Architecs está destinado a ser el rascacielos de oficinas más ecológico de Australia.

El edificio obtuvo la máxima puntuación del sistema australiano Green Star, una certificación 6 Star/World Leadership. Se trata de la primera torre de oficinas de Sidney en obtener esta calificación por parte del Green Building Council of Australia (GBCA).

Con sus 30 plantas y sus 42.700 m2, se trata de un edificio de gran mérito arquitectónico. Entre sus características se encuentran la ventilación natural, el tratamiento de aguas residuales, una fachada de doble cortina y un sistema combinado de generación eléctrica que se en encarga de la calefacción y la refrigeración.

Ejemplos como estas torres son pruebas de la viabilidad y normalización del diseño sostenible. El diseño de torres ha producido una cantidad notable de formas extrañas, lo que sin duda demuestra que los arquitectos pugnan con esta clase de construcciones en busca de la auténtica originalidad. En general, las grandes empresas no son conocidas por su altruismo, de modo que la sostenibilidad debe resultar rentable económicamente. Si ecología y dinero dejaran de oponerse, el mundo tendría una mayor probabilidad de generar edificios y ciudades sostenibles.

Cuando las empresas sean capaces de ahorrar dinero y pasar al mismo tiempo por instituciones responsables y cívicas, el movimiento hacia una arquitectura contemporánea sostenible será imparable.