Los asesinos del Desierto Rojo no hablan demasiado, pero Celaena Sardothien no ha ido hasta allí para sentarse a charlar con ellos, sino para mejorar su lucha y convertirse en la asesina a sueldo más temida del mundo. Cuando las fuerzas de aquellos que quieren destruir a los asesinos del Desierto Rojo rompen el silencio del lugar, Celaena deberá encontrar un modo de pararlos. La asesina tendrá suerte si sale con vida del desierto.
Es increíble lo rápido que se leen estas micro-novelas. Son adictivas. Y completas. Perfume en frasco pequeño.
Celaena era muy consciente de que desobedecer a Arobynn tendría sus consecuencias. Todavía con heridas en la cara, es enviada al centro del desierto rojo para entrenar junto con los Asesinos Silenciosos. Tiene un mes para conseguir una carta de beneplácito por parte del maestro... y éste no entrena a cualquiera.
Comparada con la forma de funcionar y la disciplina a la que estaba acostumbrada en Adarlan, vivir durante un mes con esta organización le ha supuesto un gran contraste. Ya no solo por los votos de silencio y los extraños entrenamientos entre las enormes dunas de arena: Celaena descubrirá la cohesión de grupo, la verdadera amistad, el verdadero respeto por los demás... Y, aunque solo sea durante un instante, disfrutará de estar viva.
Con todo ello, vemos cómo la asesina evoluciona, cómo esa nueva experiencia cambia su perspectiva sobre el mundo. ¿Querrá volver a casa después de eso?
De todas formas, no es la carta de beneplácito lo que le preocupa: ¿qué le habrá pasado a Sam Cortland? Cuando recuperó la conscienciencia y los días posteriores, no vió a Sam por el palacio ni oyó hablar de él. ¿Estará siquiera vivo? Celaena no consigue quitarse esas preguntas de la cabeza... aunque ni siquiera entiende por qué. Si no le importa en absoluto.
Estoy enganchada a esta serie. Da la sensación de que han pasado un montón de cosas cuando en realidad cada novela tiene menos de cien páginas. No me quiero ni imaginar qué pasará cuando comience Trono de cristal.
¡Hasta pronto!