La así llamada Conferencia de Paz

Por Jmbigas @jmbigas
La retórica se encarga de embellecer y adornar el discurso, de dotarle de un mayor atractivo y hacerlo, en definitiva, más sexy. Pero existe un límite para la retórica: no debe intentar alterar la realidad.

Foto casi oficial de los expertos internacionales que
han contribuido a la declaración final de la pretendida
Conferencia de Paz en San Sebastián.
(EFE; Autor: Javier Etxezarreta; Fuente: SER)

Hablar de Conferencia de Paz en San Sebastián, para intentar resolver el conflicto vasco, es un abuso de lenguaje que desborda cualquier intento retórico legítimo. Sólo se puede hablar de paz cuando ha habido guerra. Y la guerra, con toda su irracionalidad intrínseca, tiene unas reglas que todos los contendientes deben seguir: en cuanto a la gestión de prisioneros, a la protección de la población civil, etc. etc. En el País Vasco no ha habido, ni hay, guerra alguna. Seguro que existe un conflicto político en el País Vasco, como en todas partes, por cierto. Porque el conflicto nace de que diferentes fuerzas políticas tienen proyectos políticos diferentes y no fácilmente coordinables. Para eso se inventó la democracia, para que hable el pueblo y decida qué proyecto político le resulta más creíble, más querido o más interesante para construir su futuro. Si de lo que quieren hablar es del fin de ETA, entonces el tema debe plantearse en forma diferente. La propia existencia de ETA, una banda armada, de comportamientos mafiosos y poblada de delincuentes, ha sido (y es todavía) una amenaza a la libertad del pueblo vasco (y del resto de los españoles, por extensión). En un estado democrático, jamás la violencia se puede justificar por intereses políticos. Punto. ETA debe disolverse, entregar las armas, comprometerse a abandonar la violencia de modo inmediato. Hecho esto, la única negociación que quedaría pendiente en su caso, sería de tipo policial, penal y/o penitenciario (llamémosle P3). Pero nunca político. La política debe dilucidarse, discutirse, debatirse y resolverse en otros foros. El objetivo de ese debate P3 debería ser únicamente para intentar negociar la reinserción progresiva de los miembros de la organización en la sociedad civil. Pero sin muchos más matices que los que admite el Código Penal entre asesinato y homicidio, y en las consideraciones de atenuantes y/o agravantes para los diversos delitos. Por otra parte, respeto muchísimo y comparto el dolor de las víctimas y de los familiares de las víctimas. Su pena y su ánimo (más o menos velado) de revancha son perfectamente entendibles. No podemos pedirles ni que olviden ni que perdonen. Pero la mínima prudencia exige que ellos no sean parte en esa negociación final. Los miembros de ETA deben saber con claridad que no tienen otra salida que la rendición. Y, como en la guerra, aunque esto nunca ha sido una guerra, la rendición tiene también definidas unas ciertas reglas, que habría que seguir. Y punto final. Que cualquier otra cosa (como esa declaración de un grupo de pretendidos expertos en la resolución de conflictos) no es más que retórica excedida, que intenta alterar la realidad. Personalmente, además, me fío muy poco de que los que viven de los conflictos puedan contribuir de buena fe a su resolución. JMBA