La autodefensa también es autocuidado

Por Mamaconvergente2

Yo fui parte de ese Internet peligroso, incipiente. El de los chats con extraños siendo adolescente y el porno en cada búsqueda de Google.

En una de mis conexiones de chat di con un acosador. Era aún adolescente y esa fue mi primera incursión en el mundo hacker. Me amenazó y acabó con sus amenazas en conocimiento de su mujer. Incluidas fotos íntimas que me enviaba sin consentimiento.

Aprendí a hackear como defensa. Y aprendí mucho de ingeniería social durante muchos años por mí y por otras mujeres.

También en mi adolescencia sufrí un intento de agresión sexual. Y decidí aprender defensa personal con un policía nacional. Y eso ayudó a que me defendiera años después de una segunda agresión por parte de un empresario, cliente del lugar donde trabajaba, que se empeñó en que fuera a cenar a su casa. En un momento dado se puso muy agresivo y acabamos en una situación peligrosa. Por desgracia para él también fue peligrosa.

Ahora tengo a gente en constante hostigamiento por Internet siguiendo al milímetro mi existencia. Acosando constantemente en lo que llaman el síndrome del acosador apreciante o stalking. Que viene a ser que constantemente entran en las redes sociales buscando información sobre mis actividades para usarlo de alguna manera.

Para su desgracia hace años me formé en delito digital e informática forense. Lo tienen complicado para ellos mantenerse a salvo mientras tratan de acosarme a mí.

El stalking es muy común en los exs y acoplados. Y tengo que cerrar muchas de mis conversaciones tanto por mí, como por otras mujeres que temen hablar incluso en mis hilos, porque luego los exs sacan pantallazos para sus juicios. Ya sea para decir que ponen fotos bebiendo coca cola o para decir que le dan al paganismo.

A mí me han llegado a acusar de cosas por mis fotos de lo más estúpido.

La psicología de la supervivencia

La primera estrategia es conocer qué TODAS tenemos miedo a a la violencia. La gente común huye de la confrontación. Es por miedo, no porque adoran la paz.

La gente huye de la violencia y la confrontación por miedo. No porque se hayan leído a Coelho. Ni porque pongan memes amorosos en Facebook.

Miedo.

Y que todas sentimos que tenemos más posibilidades de ser víctimas que ser agresoras.

Siempre que se habla de una pelea, o de un acoso, nos ponemos inmediatamente en lugar de la víctima. No nos vemos capaces de aceptar que podríamos igualmente ser los agresores. O que podemos responder con la misma violencia.

Tenemos que aprender a aceptar el miedo. Entender que es un sentimiento, que procede de nuestro pensamiento. Y tenemos que controlar ese miedo. Podemos controlar ese miedo a ejercer nuestra propia defensa.

Tenemos que tener el control del miedo también, a defendernos.

Por otra parte tenemos que tomar RESPONSABILIDAD de nuestra propia defensa y nuestra propia protección. No siempre van a salvarte. Y no siempre la ley va a poderse ejercerse hacerlo a tiempo.

También ser capaz de denunciar algo legalmente es autodefensa. No lo dudes. Sólo que la estupidez a veces no es un delito. Que tu cuñada se meta en tu vida no es un delito. Que tu compañero de trabajo se pase (pero no se todo) no es un delito.

No todo lo que nos molesta y sobrepasa nuestros límites es delito.

Pero es nuestra responsabilidad, por nuestra propia estima, protegernos.

De mismo modo, como madres muchas tenemos la RESPONSABILIDAD de la defensa de nuestroa hijos. Y la responsabilidad de su protección.

Llega un momento en que tú eres el adulto a recurrir. Que miras al lado y resulta que eres la única autoridad a la que puedea acudir.

Y tienes que tener en cuenta que tu respuesta ante una crisis, agresión o ante la gente que sobrepase tus límites, va a tener una acción directa sobre tu autoestima. Y sobre tu hijo si es que tienes que defenderlo a él.

La no respuesta por miedo, va minando la autoestima.

Y tú eres tu autoridad.

Responder va desarrollando la inteligencia de la autodefensa y el autocuidado.

Cada vez tu inteligencia de autodefensa se va haciendo más y más intuitiva. Más capaz. Y tu cerebro se defiende más y mejor.

Las situaciones violentas o de gente que sobrepasan tus límites, no suelen ser sobrevenidas. Siempre hay pistas que seguir. Tu intuición se va desarrollando para ver antes esas pistas para poder actuar.

Y debes aprender a validar tu intuición. A creer en ti. Tú eres tu autoridad y no necesitas a nadie que te diga que tienes razón, porque tu intuición cada vez está más fina.

Existen depredadores. Los hay tremendamente seductores, ojo. De esto sabemos mucho las mujeres. Pero cuidado, porque las víctimas son seleccionadas. La actitud ante la vida, nuestras posiciones, nuestra forma de andar en la vida, en la calle, nos hace ser o no seleccionados como víctimas.

La autodefensa y el autocuidado es también ser conscientes de cómo nos movemos en el mundo. Y de cómo ponemos y hacemos respetar límites. Con nuestra actitud mandamos mensajes.

Cuando hablo de esto mucha gente piensa que es un error hablar de perfil de víctima. Pero he comprobado que es así. Todos podemos ser potencialmente víctimas, pero depende muchísimo de la actitud. Yo cambié de actitud y eso hizo que cambiaran de actitud conmigo. Junto al desarrollo de la inteligencia de autodefensa mi mundo se hizo más seguro.

Igual que hay un perfil de víctima, también lo hay de depredador. Es vital una buena autoestima para reconocerlo.

Y una vez que tenemos que asumir las crisis y hay una confrontación, tenemos varias alternativas. Y cada alternativa de autodefensa depende de la situación, las circunstancias, los conocimientos y la experiencia. Y evaluaremos qué es lo más conveniente.

Podemos simplemente acatar. Hacer exactamente lo que nos piden porque entrar en confrontación no nos va a beneficiar. Imagina que han dado con un punto débil. Que llevan persiguiendo para encontrar algo que puede ir en tu contra. Y que pierdes menos haciendo lo que se pide que peleando.

Yo lo tengo claro, si no me beneficia hago lo que me piden. Si además el costo es mínimo para mí y mi autoestima, esa será mi opción.

Si la opción menos costosa es irte, no confrontar ni hacer nada, escapar. Hazlo. Elige y hazlo.

Otra opción es permanecer muy firme manteniendo tu límite, tu razón. Sin moverte de tu posición. Sin atacar ni asumir.

Puedes tratar de resistir y hacer que disminuya la intensidad, respondiendo pero sin confrontación clara y conocisa.

O puedes pelear. Es posible.

Todo depende de ti.

Yo aprendí defensa personal igual que aprendí a hackear por responsabilidad.

Supe que yo era mi autoridad.

Si quieres defenderte de la agresión física hay que entrenar. Pero de lo psicológica también. Y hay que sanarse dentro.

Autodefensa es también autoconocerse. Saber de tus puntos fuertes y débiles. Desarrollar estrategias en el terreno.

Pero también hay una autodefensa psicológica. Aprender a defender tus límites, tus opciones y decisiones.

Para evitar situaciones complicadas, a veces hay que prevenir.

Los depredadores no quieren ser pillados. Por lo tanto lo primero es estar alerta. Tener gente en la que confiar. Ten amigas que estén contigo. Lleva cámaras. Yo jamás pensé que llevaría cámara y el GPS activo en tantas ocasiones.

Ya no solo cuando temo una agresión física. Sino simplemente con la gente que miente. Por desgracia tengo que grabar conversaciones con frecuencia. También la llevo si entreno en el campo, igual que mi móvil con GPS.

Saber poner barreras. En el espacio físico, en el psicológico y en el tecnológico. Las medidas tecnológicas son muy vulnerables con medidas de privacidad comunes. En mi caso además alteran mi vida profesional cuando uso mucha privacidad. Por ejemplo sí que tengo comentarios cerrados en el blog y uso otras herramientas que otro día explicaré. La ingeniería social, sabe cómo funcionan, a veces es mucho mejor.

Aislarse no suele ser buena opción. No ha más fácil que agredir a quien esté solo.

Y hay que responder siempre lo antes posible para evitar que la cosa vaya a más. Por eso la seguridad en una misma es fundamental.

Se siente un enorme poder cuando se toma la responsabilidad de cuidarse.

La autodefensa también es autocuidado.