La Autoridad desautorizada

Por Antoniodiaz

La autoridad desautorizada, el desautorizador que la desautorice buen desautorizador será: Moeckel


Festival mixto en la plaza de Toros de Córdoba, Marzo de 2007, que ya ha llovido... Salvador Cortés ve que el utrero está más que picado al salir del primer encuentro con el caballo. Ordena a su picador que abandone el ruedo, sin tan siquiera pedir permiso al Presidente. ¿Lo de los dos puyazos en plaza de Primera? ¿el Reglamento? ¿el respeto a la Autoridad? Nada, al carajo.Fue sancionado con 450 euros, sesenta mil pesetillas largas, que ya ve usted lo que eso es para un torero. Pues no quedó conforme, cogió a Moeckel, ya imprescindible en muchas cuadrillas, y metió en los juzgados a la Junta de Andalucía. El cazador cazado. A esta historia, que arrastra una terrible moraleja, le falta grandeza por todas partes. Curro Romero le hubiera dado al alguacilillo en el mismo callejón los trece mil duros y santas pascuas. Pero no, ahora, sin llevar razón, se meten en pleitos durante cuatro años, por defender lo indefendible, por cuatro perras gordas. Una jueza acaba de dar la razón al torero, creyendo a Moeckel, que esgrimió en el recurso que el Presidente actuó más "como policía que como autoridad". Yo, que no sé de leyes, entiendo que aunque el presidente actuase como una monja carmelita, dos entradas al caballo son dos entradas, no son ni una, ni tres. Y que Salvador, que todos los años se anuncia en varias plazas de primera categoría, sabía perfectamente lo que hacía.  Me parece un precedente peligroso que, junto a los nuevos cambios a Cultura y el desgaste mediático que llevan a cabo los profesionales contra las presidencias, marca lo que será el futuro: no habrá más autoridad que la de los que parten el turrón. 

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