Recomendado por casi todos los establecimientos hoteleros de la ciudad colonial, su restaurante es uno de los principales reclamos del sitio.
Pero también es un hotel, galería de arte y posee las mejores azoteas que haya visto jamás.
Su nombre viene del apodo que se les da a los antigueños: los panzas verdes. Probablemente porque comían mucho aguacate y algún otro alimento verde como el chipilín.
Conocí el sitio, ya que había oído mucho a hablar, y un día paseándome por la zona lo vi, entré sin dudarlo y sin saber lo que me iba a encontrar y ya nunca quise irme de allí.
Anímense a conocer Mesón Panza Verde.