Para quien ya es lector asiduo de La Balandra, otra narrativa, este número dedicado a la poesía es una sorpresa. ¿Poesía o verso? es el tema del debate que abre esta edición. ¿Cómo reconocer si se trata o no de poesía? Una serie de escritores reconocidos se expresan al respecto. Lo bueno de las muchas opiniones inteligentes es que, sin ser iguales (¡qué alivio!), en algunos puntos principales están de acuerdo, por ejemplo en que definir qué es poesía es una tarea imposible.
La revista prosigue con la estructura que ya nos es familiar, pero esta vez por completo aplicada al género lírico. La sección Cómo empecé es una charla con Diana Bellessi, llena de ricos detalles. La Balandra se presta a ser leída de corrido o picoteando aquí y allá. Mi lectura me lleva directo a los nuevos poetas, sector donde siempre me espera algún buen descubrimiento. Y en este caso existe más material, que la revista pone a disposición en la red. Unas páginas más adelante hay un pequeño catálogo de editoriales activas de poesía, guía imprescindible para el lector que quiere conocer las novedades o para el que ya es escritor y anda buscando editar su primer poemario.
Algo que La Balandra provoca es leerla haciendo anotaciones al margen y subrayados: fragmentos para releer, otras lecturas para buscar. Es una revista que no se termina en la última página.
Sólo extrañé la sección sobre el oficio a la que Alejandra Laurencich nos tiene mal acostumbrados.
Y así como el equipo de La Balandra se animó con una edición de poesía, ¿qué tal una dedicada a la literatura infantil? Dejo la idea aquí, nomás.