Fíjense ustedes que en el escenario adverso la suma total del superávit de los bancos buenos sería inferior a la suma del déficit de los malos lo que significa que la banca, como sector, sería una ruina. Absoluta. Aunque le obligaran a Botín a comerse el marrón de Rato no nos saldrían los números. Este total se han cuidado muy mucho de no ponerlo por ninguna parte.
El viernes se me cayeron todos y cada uno de los palos del sombrajo cuando nos comunicaron con bombo, platillo y sacando pecho que el 62% de la banca española es solvente. Hay que tener mucho cuajo para vender como una buena noticia que el 40% de los bancos españoles se han gastado nuestro dinero vaya usted a saber dónde. Porque la noticia más que mala es nefasta. No sólo nos comunican que se han gastado nuestros ahorros sino que además te van a pedir más para reponerlos. No me negarán que la jugada es redonda. Más que un rescate yo lo llamaría un robo. A mano armada.
Aceptemos barco y pensemos que en aras de mantener la paz en las calles y evitar un inminente corralito conviene salvar a estos bancos de la quiebra. No se vayan a creer que me he quedado en el titular. Me lo he leído todo, el estudio, el comunicado y toda suerte de documentos de bancos centrales y similares para resolver las dudas que me han ido surgiendo a medida que crecía el espanto en mí. De esto podría escribir no una entrada sino un serial completo pero como temo una fuga de followers hacia palabras más amenas no entraré en todos los detalles escabrosos que me gustaría comentarles.
Lo que sí que creo que no se ha dicho lo suficientemente claro es que este estudio se ha limitado a valorar el impacto de la crisis en la parte del balance de estos bancos relacionada con los créditos al sector privado español. Centrándose sobretodo en el riesgo inmobiliario. Es decir, que estos miles de millones de euros son para cubrir la pérdida de valor de los inmuebles que tienen los bancos y los que podrían tener como resultado de impagos de hipotecas, el susodicho impago de los créditos a particulares y empresas y sus posiciones acreedoras en promotoras y constructoras. En España, dejemos esto claro.
En otras palabras, hay un montón de riesgos que no están incluidos en esta valoración, como por ejemplo, el negocio de estos bancos en otros países y el riesgo de sus inversiones y activos en otros sectores que también podrían verse afectados por la crisis. Por no hablar de lo que ocurriría ante una posible salida del euro con el impacto que esto podría tener en bancos teóricamente solventes que tienen sin embargo unas carteras muy abultadas de deuda española. Escalofríos me dan de sólo pensarlo.
Este estudio pretende fomentar la confianza en el sector para que no ocurra lo que supondría la debacle absoluta. Esto no está contemplado, ni de lejos, en el escenario adverso. Porque si continuamos perdiendo la fe en los bancos españoles o en España y se acelera la fuga de capital del sistema financiero español los bancos tendrán, como mucho, para devolvernos nuestros ahorros a uno de cada diez. Eso si tienes la suerte de tener tus ahorros en un banco bueno de esos que enarbolan sus ratios de solvencia del 10% con orgullo.
Hablemos en plata pues, esto es lo que se va a necesitar para rescatar a la banca española. Como mínimo.
Vayan rascándose el bolsillo.
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