Sigo con la historia de Euskadiko Ezkerra de Gaizka Fernández. Un libro muy interesante para recordar aquellos años. Para recordar la diferentes relación que las dos ETAs de mediados de los setenta, la militar y la político militar, establecieron con sus organizaciones políticas de referencia. Así, mientras que los polismilis tuvieron de manera mayoritaria claro que la banda iba por detrás del partido, los milis acabaron dotándose de una estructura política ¿? subordinada a los pistoleros. Esta relación que ETA militar y ETA político militar establecieron con sus partidos de referencia marcó la evolución de ambas estructuras de terror: así, mientras los polis milis acabaron asumiendo la locura que supone negar la pluralidad de una sociedad heterogénea, las ratas militares no lo han entendido aún y sólo dejaron de matar cuando fueron derrotados por el Estado de Derecho.
Por cierto que en aquel momento, cuando la reinserción de los polismilis que pactaron Bandrés y Rosón, unos pocos se negaron a dar el paso y se marcharon con los milis. Entre ellos uno al que llamaban gordo. Un tal Arnaldo Otegui.