Una vez que consigue su objetivo el gran conquistador se centra en sus asuntos, su servicio al ciudadano se convierte en una tarea tan ardua y dura que en ocasiones se despista, especialmente en temporada de recogida de frutos varios. Todo parece ir bien para el servidor del pueblo, hasta el momento en que alguien llama a su puerta para recordarle que en algunos de sus muchos "actos" se olvidó de poner el preservativo.
!Ese hijo no es mio! dice el el presunto padre de la criatura presumiendo de su presunta presunción de inocencia. Las malas lenguas, los vecinos raros, la vil conspiración en su contra, la campaña de desprestigio y otras disculpas acompañan siempre al presunto, incluso una manifestación de preñadas pero con "pisito pagado" acuden a su llamada con pancartas de "inocente" aunque la fecha no sea la de 28 de Diciembre.
Galicia está sobrada de galanes conquistadores rojos, blancos o amarillos y en consecuencia, de preñadas agradecidas, lo que faltan son preservativos de esos que no venden en farmacias, para preservarnos de que el embrujo de la palabrería en una noche de copas o en una tarde de buen pulpo nos lleven de nuevo al huerto. Por este camino no extraña que cada vez existan mas partos de ovejas mansas, o lo que es peor de hijos de la gran... meretriz