Y se vio superada sin saber qué hacer ni cómo o a quien pedir socorro...Ella, que a pesar de todo, siempre se había valido por sí misma, y había demostrado constantemente su fortaleza a la hora de superar mil situaciones difíciles...hasta la propia muerte. Pero ahora se veía superada; no sabía cómo actuar, se encontró por primera vez inútil... Miró a su alrededor y se vio sola; miró al cielo y estaba vacío.Nuevamente la vida le ofrecía su puño, quería un nuevo pulso...Helena apretó los dientes y encrespó el alma. La victoria estaba perdida, siempre está perdida; pero esta batalla aún era suya.
El prado de Proserpina
Y se vio superada sin saber qué hacer ni cómo o a quien pedir socorro...Ella, que a pesar de todo, siempre se había valido por sí misma, y había demostrado constantemente su fortaleza a la hora de superar mil situaciones difíciles...hasta la propia muerte. Pero ahora se veía superada; no sabía cómo actuar, se encontró por primera vez inútil... Miró a su alrededor y se vio sola; miró al cielo y estaba vacío.Nuevamente la vida le ofrecía su puño, quería un nuevo pulso...Helena apretó los dientes y encrespó el alma. La victoria estaba perdida, siempre está perdida; pero esta batalla aún era suya.
Y se vio superada sin saber qué hacer ni cómo o a quien pedir socorro...Ella, que a pesar de todo, siempre se había valido por sí misma, y había demostrado constantemente su fortaleza a la hora de superar mil situaciones difíciles...hasta la propia muerte. Pero ahora se veía superada; no sabía cómo actuar, se encontró por primera vez inútil... Miró a su alrededor y se vio sola; miró al cielo y estaba vacío.Nuevamente la vida le ofrecía su puño, quería un nuevo pulso...Helena apretó los dientes y encrespó el alma. La victoria estaba perdida, siempre está perdida; pero esta batalla aún era suya.