Comienza la batalla, la división egipcia Amón acampa frente al río Orontes, tras el cuál aguardaba el ejército hitita, que no dudó en cruzarlo y aplastar a los egipcios, cuya división se batió en retirada. Los carros hititas culminaron la estrategia atacando por los flancos a la división Ra, que quedó completamente destrozada. Ramsés logró reagrupar las tropas que le quedaban y recibió a la tercera división egipcia, la Ptah, con la que contraatacó en el campamento de la división Amón donde los hititas se dedicaban al saqueo. A pesar de que los carros hititas estaban siendo aniquilados por los egipcios, Muwatalli no quiso cruzar el Orontes con el resto de su ejército, y esto obligó a Mutawalli a refugiar a los carros restantes en Qadesh. Tras todo esto, ambos ejércitos volvieron a casa declarándose victoriosos, y en seguida se firmó entre Egipto y los hititas un tratado de no agresión.
En torno a 1600 a.C., los egipcios ya habían comenzado una expansión de su imperio hacia el Norte y el Este, haciéndose sin muchos problemas con todos los territorios circundantes hasta Siria y el Éufrates, convirtiéndose así en la mayor potencia de Oriente. Seguramente el éxito militar de Egipto se debía al uso de los carros de guerra, en los que llevaban arqueros que disfrutaban de una plataforma de disparo móvil. Pero al hacerse con un territorio tan grande, despertaron temor en los hititas, temor que se tradujo en odio. Los hititas habían aparecido en Anatolia central en torno al siglo XVIII a.C., y varios siglos después ya se habían hecho con un imperio militar cuyo soporte también eran los carros de guerra que absorbía lo que hoy es Turquía y el Norte de Siria.
El conflicto entre las dos grandes potencias de Oriente era inevitable. Los hititas lanzaron la primera ofensiva a través de Siria, pero mientras el ejército se movía murió Ajnatón, el actual faraón de Egipto. Su hija, para evitar la guerra, prometió casarse con un príncipe hitita si se frenaba la ofensiva, y como no, los hititas aceptaron. Pero al poco de entrar el príncipe hitita en territorio egipcio fue asesinado, y el nuevo faraón Ramsés II retomó la guerra y avanzó contra los hititas para destruir el ejército de Muwatalli, oculto en algún punto de Siria. En el año 1282 a.C., se libró una de las batallas más importantes de la historia. Mientras los ejércitos egipcios avanzaban con miles de infantes armados con lanzas escudos y espadas curvas (además de los carros) el ejército hitita se hallaba escondido en la ciudad de Qadesh. El ejército egipcio estaba compuesto por cuatro divisiones, aunque una avanzaba por la costa y no llegó a combatir.
Comienza la batalla, la división egipcia Amón acampa frente al río Orontes, tras el cuál aguardaba el ejército hitita, que no dudó en cruzarlo y aplastar a los egipcios, cuya división se batió en retirada. Los carros hititas culminaron la estrategia atacando por los flancos a la división Ra, que quedó completamente destrozada. Ramsés logró reagrupar las tropas que le quedaban y recibió a la tercera división egipcia, la Ptah, con la que contraatacó en el campamento de la división Amón donde los hititas se dedicaban al saqueo. A pesar de que los carros hititas estaban siendo aniquilados por los egipcios, Muwatalli no quiso cruzar el Orontes con el resto de su ejército, y esto obligó a Mutawalli a refugiar a los carros restantes en Qadesh. Tras todo esto, ambos ejércitos volvieron a casa declarándose victoriosos, y en seguida se firmó entre Egipto y los hititas un tratado de no agresión.
La de Qadesh es la batalla más antigua conocida con detalle por los historiadores, aunque sigue siendo un poco raro el hecho de que las dos naciones se considerasen vencedoras.
Comienza la batalla, la división egipcia Amón acampa frente al río Orontes, tras el cuál aguardaba el ejército hitita, que no dudó en cruzarlo y aplastar a los egipcios, cuya división se batió en retirada. Los carros hititas culminaron la estrategia atacando por los flancos a la división Ra, que quedó completamente destrozada. Ramsés logró reagrupar las tropas que le quedaban y recibió a la tercera división egipcia, la Ptah, con la que contraatacó en el campamento de la división Amón donde los hititas se dedicaban al saqueo. A pesar de que los carros hititas estaban siendo aniquilados por los egipcios, Muwatalli no quiso cruzar el Orontes con el resto de su ejército, y esto obligó a Mutawalli a refugiar a los carros restantes en Qadesh. Tras todo esto, ambos ejércitos volvieron a casa declarándose victoriosos, y en seguida se firmó entre Egipto y los hititas un tratado de no agresión.