Camaradas,
Los convoys británicos no cesan de surcar el Mar Mediterráneo entre Alejandría y Atenas transportando millares de tropas al continente europeo. El Duce decidió cortar por lo sano estos movimientos navales y ordenó a la Regia Marina ejecutar la Operación Gaudo con el objetivo de restablecer el poderío naval italiano en el Mediterráneo Oriental. Diseñada como un barrido literal de las aguas alrededor de Creta, la Operación fue encomendada al Almirante Angelo Iachino, quien debería ponerse al frente de las fuerzas de superficie italianas y enfrentarse a los británicos en mar abierto.
Antes de su partida, Iachino fue informado por la Inteligencia alemana de que la Flota Británica del Mediterráneo tan sólo cuenta con un acorazado operativo y que no dispone de portaaviones. En realidad, el Almirante Sir Andrew Cunningham dispone de tres acorazados en servicio; el HMS Warspite (buque insignia), el HMS Barham y el HMS Valiant. Además, como apoyo aéreo cuenta con el portaaviones HMS Formidable, recién llegado para reemplazar al averiado HMS Illustrious.
El pasado día 26, hace tres días, el Almirante Angelo Iachino se hizo a la mar desde el puerto de Tarento a bordo del flamante acorazado Vittorio Veneto acompañado por cuatro destructores en dirección a los Estrechos de Messina, donde se encontraron con él dos de sus cuatro divisiones de cruceros. La flota italiana contaba entonces con la 1ª División del Almirante Carlo Cattaneo, formada por los cruceros pesados Pola, Zara y Fiume así como la 3ª División del Vice Almirante Luigi Sansonetti, compuesta de los cruceros pesados Trieste, Trento y Bolzano e incluía también los cruceros ligeros Garibaldi y Abruzzi acompañados por 17 destructores.
Los británicos, no sabemos muy bien cómo, en seguida supieron de la salida a la mar y de las intenciones del Almirante Iachino. El Almirante Cunningham no tardó en poner en alerta a su fuerza naval de superficie y enviar aviones de reconocimiento para localizar a los italianos y poder así situarse en una buena posición de ataque.
Los italianos se dieron cuenta rápidamente de que habían perdido el elemento sorpresa. En consecuencia, Angelo Anchino recibió una nueva comunicación desde Roma en la que se le ordenaba concentrar sus fuerzas al sur de Crete y a continuación proceder a efectuar un barrido en dirección norte hacia el Cabo Matapán. Por su parte, el Almirante Cunningham abandonó en secreto un club de Alejandría en el que pretendía disimular su despreocupación, subió a bordo del HMS Warspite y partió con sus unidadaes al anochecer de ayer, día 27 de marzo. Cunningham ordenó que las aguas en torno a Creta quedasen libres de convoys y mandó al Vice Almirante Henry Pridham-Wippel, con su flota de cuatro cruceros ligeros y cuatro destructores, que navegara hacia el sur desde Grecia para encontrarse con sus unidades pesadas. Si Pridham-Wippel se encontraba antes con los italianos, tendía que tratar de empujarlos al sur hacia Cunningham.
El combate de Gaudo.
A las 06:50 de la mañana de ayer, 28 de marzo, se ha producido el encuentro cuando uno de los aviones de reconocimiento de Iachiono ha avistado la fuerza de cruceros británica con el HMS Ajax, el HMS Gloucester, el HMS Orion y el HMAS Perth. El Almirante italiano ha enviado a la división de Sansonetti con sus tres cruceros pesados a aplastar a Pridham-Wippel mientras él continuaba adelante con el resto de la flota. Sansonetti ha localizado a los británicos a las 08:00 al sur de la isla griega de Gaudo y doce minutos después ha abierto fuego contra el crucero HMS Gloucester a 22.000 metros de distancia. Despavoridos, los buques británicos han tendido pantallas de humo, iniciado maniobras evasivas y navegado a toda máquina hacia la fuerza de acorazados de Cunningham. Increiblemente, los italianos no han logrado acertar con impactos directos a ninguno de los buques británicos. De hecho, tan sólo el Bolzano ha sido capaz de dirigir y agrupar sus proyectiles de manera óptima.
Iachino se ha dado cuenta de que Sansonetti se está alejando demasiado de la flota italiana y poniéndose al alcance de la cobertura aérea británica, por lo que a las 08:50 le ha ordenado romper el contacto y virar hacia el noroeste. Dando la vuelta, los cruceros de Pridham-Wippel se han dedicarlo a seguir a Sansonetti a una distancia segura. Incomodado por la presencia británica, Iachino ha elaborado un plan para atrapar a los buques británicos entre sus escuadas. Hacia las 10:55, la trampa ha quedado tendida y el Vittorio Veneto ha comenzado a abrir fuego contra Pridham-Wippel. Dándose cuenta de su error, el comandante británico ha ordenado a sus buques escabullirse a toda máquina. El Vittorio Veneto ha disparado un total de 94 proyectiles a 23.000 metros de distancia, todos bien dirigidos, pero una vez más demasiado dispersos. Los cruceros británicos han sufrido algunos daños por las esquirlas de los proyectiles de 381 mm.
Mientras los cruceros ligeros británicos se alejaban, seis aviones torpederos Fairey Albacore procedentes del portaaviones HMS Formidable han aparecido en el cielo y han atacado al Vittorio Veneto. Aunque el ataque ha fracasado, ha concedido a Pridham-Wippel el tiempo necesario para salir airoso. El Almirante Iachino no ha querido volver a tentar a la suerte y ha detenido la persecución a las 12:20 del mediodía, dirigiéndose hacia Italia. Sometidos a continuos ataques por parte de aviones británicos establecidos en Creta, los buques de Iachino han avistado demasiado tarde la segunda oleada de torpederos que el HMS formidable ha enviado contra ellos y que ha hecho acto de presencia a las 15:10. En esta ocasión uno de los aviones ha logrado aceptar al Vittorio Veneto con un torpedo disparado desde 1.000 metros. Inmediatamente después, el avión ha sido derribado. El torpedo ha alcanzado su hélice de babor y ha causado una inundación de 4.000 toneladas de agua en su bodega. El acorazado ha quedado detenido y su tripulación ha efectuado reparaciones de emergencia. A las 16:42 ha vuelto a navegar a 19 nudos de velocidad.
Iachino ha reorganizado la flota italiana para proteger a su buque insignia y ha enviado a sus cruceros ligeros a puerto. A las 19:25, poco después del anochecer, un último asalto aéreo de los torpederos ha desmantelado al crucero pesado Pola, que ha quedado paralizado sobre el agua en un punto situado al suroeste del Cabo Matapán. En ese momento el Almirante Iachino ha tomado una decisión muy desafortunada: sin tener conocimiento todavía de la presencia de tres acorazados británicos dirigiéndose hacia su posición, y pensando que la fuerza de cruceros ligeros de Pridham-Wippel es todo lo que los británicos pueden enviarle, ha dado orden a la división de cruceros de Cattaneo de quedarse a proteger al Pola mientras el resto de la flota continuaba navegando hacia el noroeste de vuelta a Tarento.
La noche de Matapán.
Los británicos han detectado a los buques italianos con su radar poco después de las 22:00 y se han acercado a ellos sin ser detectados. Los buques de guerra italianos no están preparados para enfrentarse al enemigo en combates nocturnos y tienen sus baterías principales desarmadas; tampoco disponen de radar y no pueden detectar al enemigo por otro medio que la visión directa, lo que ha permitido que los acorazados HMS Barham, HMS Valiant y HMS Warspite se acerquen a 3.500 metros de distancia. El combate ha sido una verdadera masacre. Algunos artilleros británicos han visto a las torretas principales de los cruceros italianos saltar despedidas docenas de metros al aire. Después de tan sólo tres minutos, dos cruceros pesados italianos, el Fiume y el Zara, han quedado destruidos. El Fiume se ha hundido a las 23:30, mientras que el Zara ha sido rematado por un torpedo disparado desde el destructor HMS Jervis a las 02:40 del 29 de marzo.
También durante los primeros cinco minutos del combate, dos destructores italianos (Vittorio Alfieri y Giosué Carducci) han resultado hundidos. Los otros dos destructores, el Gioberti y el Oriani, han logrado escapar, el primero de ellos con graves daños. Los británicos han considerado la opción de remolcar al crucero Pola a Alejandría como un trofeo, pero el amanecer se acercaba peligrosamente y no han querido arriesgarse a sufrir un ataque aéreo. Aun así, los británicos han abordado el crucero y se han apropiado de algunas ametralladoras anti-aéreas Breda.
El Pola ha sido hundido finalmente a las 04:00 de la madrugada por torpedos disparados desde los destructores HMS Jervis y HMS Nubian después de evacuar a la tripulación italiana de su interior.
Los buques británicos se han encargado entonces de recoger a los supervivientes. 2.303 marineros italianos han perdido la vida, pero muchos otros chapotean todavía en las frías aguas, pero antes de la llegada de las primeras luces se han retirado. El Almirante Cunningham ha enviado entonces un mensaje en la banda de frecuencia de emergencias de la Marina Mercante informando de que los buques británicos han detenido las operaciones de rescate debido al riesgo de ataque aéreos pero que garantizan el paso libre a un buque hospital para que localice a los supervivientes. El buque Gradisca ha acudido a la zona y completado la operación de rescate.
Viva l’Italia!Mussolini ha sempre ragione!