La Batalla épicamente predecible del Muro en Game of Thrones [4x09]

Publicado el 11 junio 2014 por Dro @Drolope

Dicen que los novenos episodios de Game of Thrones suelen ser el mayor hachazo emocional de todas sus temporadas, y que el décimo y último, el season finale, se encarga de mostrar las consecuencias de esa brutal ida de olla, posicionando las piezas del tablero para la próxima temporada. Con la cuarta -y mejor, hasta la fecha- temporada de la serie estrella de HBO parece que ese tendencia va a invertirse ligeramente. Porque sí, con el 4x09 "The Watchers of the Wall", el noveno episodio de esta temporada, los guionistas nos han regalado unos cuantos hachazos nada despreciables y grandes cuotas de epicidad. Pero, y es un gran pero, en esta ocasión, en lugar de darlo todo, se han reservado muchísimos ases bajo la manga: se han centrado únicamente en el norte, manteniendo en "pausa" el resto de tramas desde ese explosivo final del 4x08 "The Mountain and the Viper" que dejó a más de uno con los ojos como platos. O espachurrados, más bien. Y, si bien esta estrategia ha funcionado de manera correcta, brindándonos un episodio lleno de épica, no todo esta vez pueden ser flores por mi parte hacia ellos. El episodio como conjunto no ha sido redondo puesto que, lo muchísimo que nos han dado de una parte, les ha faltado de otra.
La honorable batalla por proteger el Muro que llevaban anunciándonos desde tiempos inmemoriales estaba a punto de producirse. Por fin. Un grupo de varias docenas de salvajes, entre los que se encontraba Ygritte, planeaba atacar la Guardia de la Noche de frente, durante la noche, mientras que las tribus salvajes (qué poco me gusta ese término) se unían en el Norte para asaltar el Muro conjuntamente desde el otro lado. Los efectos gráficos fueron una maravilla, impresionantes, y nada tuvieron que envidiar a los que hemos visto en la gran pantalla. A través de una serie de estudiadísimos planos aéreos se le mostraba al espectador continuamente lo que ocurría tanto a un lado del Muro como al otro, por lo que lo teníamos fácil para saber qué estaba sucediendo en cada momento con cada personaje. ¿Y quiénes eran esos personajes protagonitas?

Si Jon te vasilah, te callah y lo asimilah

Por un lado teníamos a Jon Snow, el valiente y mortalmente aburrido Jon Snow. Lo siento, no puedo ser objetivo con él: he visto a calabacines más expresivos que Kit Harington. Por otro lado se encontraba Sam, su Sancho Panza, otro tipo que, no me preguntéis por qué, me cae gordo. Muy gordo. No sé hasta qué punto mi problema con estos dos hombres radica en sus actores, que a mí personalmente me parecen faltos de chispa, o si en realidad todo se trata de que sus personajes no me atraen per se. No soy muy fan de los norteños, qué se le va a hacer, pero a pesar de todo he disfrutado muchísimo una batalla que ha sido magnífica. No obstante, trato de analizarla objetivamente y me doy cuenta de que los problemas que he tenido con el capítulo no se deben a que las historias de gente como Bran y Juan de las Nieves me resbalen brutalmente; en realidad, me doy cuenta de que el problema es independiente a todo eso. Se ha tratado de un problema de guión, de desarrollo, de conclusiones.
Sigamos hablando de los personajes protagonistas. Una de ellas ha sido, cómo no, Ygritte, incluido su chichi pelirrojo, que ha pasado de estar en boca de Jon -literalmente- a estar en boca de uno de los líderes asalvajados, en esta ocasión -figuradamente-. Toda una degradación en la escala social a la que ella debía enfrentarse de manera constante. Burlas, chistes fáciles -aunque igualmente divertidos- y risas tontas saldrán a colación día sí y día también por el hecho de que ella tuviera una relación de amor con un Cuervo que les traicionó. Ygritte, arco en mano, correrá hacia el portón de los Guardias de la Noche y luchará en primera fila de batalla, siendo probablemente la guerrera que más hombres se lleve por delante, no sin antes haberles hecho a sus compañeros la advertencia de que, si tocan a Jon, les matará. Jon es solo suyo. ¿Lo esclavizará sexualmente? ¿Le dirá que ella también le quiere? ¿Le arrancará los huevos? No. Le dirá "You know nothing" mientras muere en sus brazos, acertada de pleno por la flecha lanzada por el niño a cuya familia asesinó. Qué simbólico e inesperado todo, eh. ¿Quién lo hubiera imaginado? Ah, sí. Todos.

-No sabesh nada. +Que sí, que vale. -He dicho que nada. +Cállate ya.


La pareja que hacían Ygrritte y Jon me gustaba (protagonizaron algunos de mis momentos favoritos de Game of Thrones) y me gustaba, básicamente, por ella. Su presencia nos permitía descubrir facetas de Jon Snow que no conocíamos. Sexo. Sonrisas. Amor. Por eso debo decir que esperaba más, que esperaba ansioso la resolución del conflicto entre Jon e Ygritte, esperaba ansioso descubrir si se matarían el uno al otro. Quería verles reaccionar. Y fueron reacciones hermosas. Él sonrió al verla, y ella dudó de nuevo en cuanto lo tuvo a tiro. La asesina psicópata sin piedad dudó, no disparó, porque le amaba. Sin embargo, luego lo estropearon todo en un segundo. Esa forma de quitársela de en medio fue una manera pueril y muy simple de solucionar una trama que podría haber dado más de sí. Ella me gustaba, y por tanto esto puede estar pareciendo una rabieta sin fundamento, pero no os confundáis. Oberyn también me encantaba, pero su muerte me pareció espectacular, sorprendente y emocionante. La acepté. La de Ygritte, en cambio, aparte de previsible, fue sosa. La culpa, naturalmente, no fue de Rose Leslie, que ya me convenció desde que la descubrí en Downton Abbey. Lo siento, Kit Harington, fuiste tú el que no me convenciste. Se estaba muriendo el amor de tu vida. Algo de emoción, ¿no? Lo que estás sosteniendo es el cadáver de tu churri convaleciente, no un saco de patatas.
Ni que decir tiene que las muertes del resto de compañeros estaban igualmente cantadas y el hecho de que Sam sobreviviera (¿cómo? ¿Por qué?) también, al igual que la supervivencia de Gilly y su bebé, que aportaron ternura que fue bien recibida en el episodio. Un episodio magnífico, insisto: podría estar horas hablando de lo bien logrados que estuvieron los Mamuts o los Gigantes, de lo impresionantes que fueron las tácticas de batalla o de lo realistas que fueron todas las coreografías cuidadosamente trabajadas de guerra, donde docenas de hombres luchaban a la vez en plató, pero no quiero que ese sea el propósito de esta entrada. Quiero que el propósito sea el de, por una vez, darle un palo discretito a Game of Thrones, una llamada de atención. Ha sido un envoltorio de lujo, pero el caramelo no estaba tan rico como esperaba. Se echaron en falta las manipulaciones y la inteligencia de los personajes de Desembarco del Rey, las intrigas del Nido de Águilas o la historia de Arya. Sin embargo, esta es una interpretación totalmente subjetiva. De lo que me quejo es de que no me ha gustado lo que sucede en el episodio, no de que no me haya gustado el episodio -sutiles pero claves diferencias- y me quejo porque a nivel humano, a nivel de emociones, me ha parecido muy flojo. Pero bueno, no se puede tener de todo en la vida.
Lo que se avecina en el siguiente episodio sí que tiene pinta de que va a ser completamente épico. Épico de verdad.

Hasta siempre, chocho pelirrojo. Te queremos <3