La batalla naval de cabo de palos

Por Benito Sacaluga

(1) La salida a la mar de la Flota republicana, en aquella tarde del 5 de marzo de 1938, hacía presagiar que ésta tendría hondas repercusiones. Los cruceros "Libertad" y Méndez Núñez" eran el grueso de la Flota; cerraban la marcha los destructores "Sánchez Barcáiztegui", "Almirante Antequera", "Lepanto", "Gravina" y "Lazaga". Se trataba de proteger la primera flotilla, que había salido horas antes, en una misión delicada que se le había confiado.

Crucero "Libertad"
Imagen: Foro Militar General


Apenas abandonada Cartagena, se hizo rumbo Este, navegándose así sin novedad alguna hasta la una menos cuarto de la madrugada, en la que por sorpresa, y destacándose en la oscuridad de la noche, aparecieron tres grandes barcos de guerra cuyas luces iban apagadas, a excepción de las de alcance. Bien pronto se les identificó como el "Canarias" y "Baleares", en la cabeza, y el "Almirante Cervera" detrás.

Imagen: Asociación Cultural Mesaches


El descubrimiento mutuo realizado por ambas fuerzas fue tan fugaz, que apenas hubo tiempo para nada, a excepción del "Sánchez Barcáiztegui" que lanzó dos torpedos.
El mando de la Flota republicana, formado esta vez por el jefe Luis Gonzalez de Ubieta y por el comisario general Bruno Alonso, dió orden de virar en pos del adversario y de estar listos para un nuevo encuentro.

Por su parte, la flota sublevada, al mando de Manuel de Vierna y Belando, hizo también lo propio, pues al poco tiempo, a las dos y veinte de la madrugada, las flotas se divisaban nuevamente. De forma inmediata, los buques sublevados abrieron fuego con sus poderosos cañones de 203.siendo replicados en el acto por el "Libertad", mientras la sección de destructores de babor hacia su lanzamiento de torpedos. El "Sánchez Barcáiztegui" disparó cuatro, cinco el "Almirante Antequera" y tres el "Lepanto", con un tiro tan certero, que una luz vivísima, cuya columna se elevaba a las alturas, se produjo de pronto. Se trataba del crucero "Baleares", que había sido tocado y herido de muerte.
Los impactos de artillería recibidos por el "Baleares" en el puente, además de originar su completa destrucción, ocasionaron la muerte del contralmirante jefe de la flota sublevada, Manuel de Vierna y su Estado Mayor, el comandante del buque (capitán de navío Isidro Fontenla Maristany), sus jefes, oficiales, suboficiales y marineros que se encontraban en su puesto de combate en el puente. Seguidamente recibió el impacto de dos torpedos que le produjeron la destrucción de los pañoles de proa, graves incendios, explosiones internas y la inutilización de las calderas.
Al final, el "Baleares" se hundía a las cinco de la mañana, llevándose con él a un total de 788 vidas, entre ellas un contralmirante, un capitán de navío, un capitán de fragata, cuatro capitanes de corbeta, treinta oficiales, sesenta y dos suboficiales, treinta y dos cabos y seiscientos cincuenta y siete marineros. Los náufragos del "Baleares" fueron rescatados por los destructores británicos "Kempenfelt", "Boreas", "Blanche" y "Brillant".
Durante el combate, al mando de las unidades republicanas iban los siguientes comandantes: el teniente de navío Eduardo Armada Sabau, en el "Libertad"; el teniente de navío Pedro Prado Mendizabal, en el "Méndez Núñez"; el alferez de navío Alvaro Calderón Martinez, en el "Sánchez Barcáiztegui"; el alférez de navío Ricardo Noval Ruiz, en el "Almirante Antequera"; el alférez de navío David Gasca Aznar, en el "Lepanto" y el teniente de navío Ramón Guitart de Virto, en el "Lazaga".
En la flota sublevada, los comandantes de los cruceros fueron los capitanes de navío Isidro Fontenla maristany, en el "Baleares", Rafael Estrada Arnaiz, en el "Canarias" y Ramón de Agacino y Armas en el "Almirante Cervera".
(1) Cartagena Histórica. Cuaderno Monográfico núm. 15. Editorial Aglaya