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La Batalla que no verán más los siglos, un marqués invicto y unos fanales vencidos.

Por Artepoesia

La Batalla que no verán más los siglos, un marqués invicto y unos fanales vencidos.La Batalla que no verán más los siglos, un marqués invicto y unos fanales vencidos.
La Batalla que no verán más los siglos, un marqués invicto y unos fanales vencidos.La Batalla que no verán más los siglos, un marqués invicto y unos fanales vencidos.
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La Batalla que no verán más los siglos, un marqués invicto y unos fanales vencidos.
"La más grande y alta ocasión que vieron los pasados siglos y no esperan ver los venideros" escribió Miguel de Cervantes de la Batalla de Lepanto, en la que él mismo participó. Entre el golfo de Patrás y el de Corinto, en Grecia, se encuentra la ciudad de Naupacto, que italianizado su nombre se convierte en Lepanto. Allí el 7 de octubre de 1571 se llevó a cabo el encuentro marítimo entre la flota turca y la de la Alianza de España, Venecia y el Papado. El gran Don Juan de Austria (1545-1578) dirigió las operaciones de la Alianza, pero hubo un almirante español que participó en la escuadra de reserva. Don Alvaro de Bazán y Guzmán (1526-1588), marqués de Santa Cruz, procedía de una familia de marinos y grandes hombres al servicio de la Corona. Él aconsejó permanecer en Corinto cuando otros capitanes españoles decidieron abandonar por desavenencias con los venecianos. Al final se consiguió la victoria después de muchos y fuertes combates. Cuando el marqués regresó a España de Lepanto consiguió recuperar dos fanales (grandes faroles) de uno de los galeones turcos hundidos en Corinto.
Once años después, en 1582,  dirigió la toma de la isla Terceira, en las Azores. Allí demostró sus cualidades de estratega en desembarcos y decisiones acertadas, consiguiendo vencer a los corsarios franceses que apoyaban a los rebeldes portugueses de don Antonio, Prior de Crato, bastardo de la antigua corona portuguesa, ahora en poder de Felipe II de España desde 1580.
El marqués de Santa Cruz fue un caballero renacentista y cultivado, que demostró su pericia militar en todos los actos bélicos en los que participó.
Cuando Felipe II se decidió a crear la Armada Invencible para conquistar Inglaterra en 1588 ordenó que el marqués fuese el almirante de toda la flota. Antes de que ésta desplegase las velas hacia el canal de la Mancha el marqués falleció fatídicamente. Con el mando entonces de la Armada Invencible en un nuevo e inexperto marino y estratega,  el sustituto del marqués el duque de Medina-Sidonia, casi toda la flota acabó vencida, desaparecida, maltrecha o hundida.
Oda que el gran poeta Lope de Vega dedicó al Marqués de Santa Cruz:
El fiero turco en Lepanto, 
y en la Tercera el francés,
y en todo el mar el inglés,
tuvieron de verme espanto.
Rey servido y patria honrada
dirán mejor quién he sido
por la cruz de mi apellido
y con la cruz de mi espada.
(Imagen del cuadro del pintor italiano Giorgio Vasari (1511-1574), Batalla Naval de Lepanto, Sala Regia, El Vaticano; Retrato del Marqués de Santa Cruz, 1584, del pintor español Felipe de Liaño (1558 ?-1625), Museo Naval de Madrid; Palacio del Marqués de Santa Cruz en la localidad del Viso del Marqués (Ciudad Real); Grabado de la Nave Capitana "Galeón San Martín" al frente de la flota que tomó las Azores; ilustración de un Galeón Turco, donde se aprecian los fanales; escalinata en el Palacio del Marqués de Santa Cruz en Madrid, donde se encuentran los Fanales (faroles) que el marqués recuperó del hundimiento de un galeón enemigo en Lepanto; imagen fotográfica actual del Golfo de Corinto, donde se celebró la famosa batalla de Lepanto, Grecia.)


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