La bechamel es una de esas salsas básicas en la cocina y, en teoría muy fáciles de preparar. Pero, como todo, tiene sus trucos y pasos esenciales.
Aún recuerdo, y no fue hace mucho tiempo, cuando preparé mis primeras croquetas... Dios mío!! Me quedó una bechamel tan blanda que, cuando trataba de empanar la masa, se me deshacía en el huevo!!! Ja,ja!!!
Al final, no estaban malas, pero, desde luego, croquetas, croquetas no eran. Parecían misiles de lo grandes que las hice porque no podía trabajarlas y, del empanado ni hablamos... En fin, son las cosas de la primera vez y sin la abuelilla al lado, no???
Yo os dejo estos consejos para que no os pase como a mí o, para que vuestras croquetas sean aún mejores. Mejor aún para que sean perfectas (a mí ahora me salen de muerte, palabra!!).
1.- Los grumos
Para evitar que nos salgan grumos, el secreto está en rehogar primero la mantequilla con la harina hasta conseguir que se desprenda de las paredes del recipiente. A continuación, añadimos la leche (caliente) y removeremos constantemente con una cuchara de madera hasta que la mezcla espese y sea homogénea.
2.- Bechamel ligera,
Si queremos que nuestra bechamel quede más ligera, simplemente sustituiremos la harina por maicenar maicena.
3.- Sal y nuez moscada:
La sal y la nuez moscada la añadiremos al final de la preparación.
Y por último, voy a hablaros de los tipos de bechamel, según el plato que queramos preparar y cómo prepararlas.
1. Bechamel ligera, para nuestros platos de pasta, verduras, carnes y pescados o para gratinar.
2. Bechamel mediana: para rellenos.
3. Bechamel espesa, será la que utilicemos para elaborar croquetas.
Según queramos nuestra bechamel, así variaran las cantidades de los ingredientes a utilizar. A modo de orientación:1. Para la ligera: 50 gramos de mantequilla y 50 de harina por litro de leche.
2. Para la mediana: 80 gramos de mantequilla y 80 de harina por litro de leche.
3. Para la espesa: 120 gramos de mantequilla y 120 de harina por litro de leche.
PD: Podemos añadir a la bechamel pimienta, clavo, o cualquier especia que se nos ocurra.Además, hay otras opciones para, sobre la base de la bechamel, crear nuevas salsas, como, por ejemplo, mezclar la leche con caldo (de verduras, carne o pescado). Esta salsa se denomina veloute. O añadir cebollita picada, queso, salsa de tomate, mostaza, ajo... Todo queda a nuestro gusto e imaginación.
Como véis, la bechamel resulta ser un básico tremendamente versátil y delicioso!