En una era cinematográfica en la que parece que muchos directores optan por volver a poner en circulación contenidos ya explorados y a sacar guiones de novelas, cómics, o películas antiguas, nos encontramos con un intento más que aceptable de adaptar el clásico cuento (que remonta sus orígenes hasta el 1500, y que ya cuenta con once adaptaciones a la gran pantalla) al público adulto de nuestros días.
En este caso la Bella es interpretada por la joven actriz francesa Léa Seydoux, que ya hizo gala de su potencial en la ya aclamada La vida de Adele. Encarna esta vez a una bella que nos vuelve a poner de frente a las virtudes clásicas de las doncellas de los cuentos de Disney: es ingenua, soñadora, valiente y pura de espíritu. Vincent Cassel nos trae a una Bestia que se rinde ante Léa Seydoux al mismo tiempo que se rinde ante ella la cámara, el público, y probablemente gran parte del equipo de producción (Léa es bellísima). La actriz francesa desprende un encanto y una feminidad sin las cuales no funciona este film, que como ya he señalado, peca de efectismo, y se queda en lo naïf y lo fácil en su lirismo algo comercial.
La mayor parte del público (por no aventurarme a decir todos, gracias a Disney) ya conoce la historia, al menos a grandes rasgos: debido a un descuido del padre de Bella, un rico comerciante francés que ha perdido toda su fortuna, intepretado por André Dussolier (un habitual y laureado del cine francés), queda en deuda con la Bestia, el rey de un reino mágico del bosque. Deberá entregar una vida a cambio de la rosa que cogió de su árbol sagrado, lo más preciado para Bestia. Éste le permitirá pasar un último día junto a su familia, y cuando Bella viene a saber que su querido padre deberá dejarla, huye veloz en su caballo dispuesta a intercambiar su propia vida para salvar la de su padre.
Deberá por lo tanto quedarse a vivir en el extraño y mágico castillo junto a la temible criatura, a la que aborrece por haberla separado de su familia, y por sus frías y bruscas maneras. Sin embargo, el valor y la bondad de Bella tienen la fuerza de cambiarlo todo: ella es la gran fuerza que como un mágico bálsamo, curará las heridas del alma de Bestia, hará florecer la esperanza y recuperará al hombre que antaño fue.
He aquí la fuerza de la historia: un romanticismo clásico, la eterna historia de la virtud, que pese a las crueldades del mundo, la avaricia del hombre, el lastre del miedo y el rencor, permanece latente esperando a salir y a transformarlo todo. Es verdad que estamos ante un cuento infantil, y la película de Gans no consigue ciertamente darle una vuelta al género o a nuestras expectativas: tampoco es a lo que aspira. El film logra absorberte y crear una atmósfera evocadora desde los primeros instantes, y pese a caer en los clichés del género y ofrecer una cinematografía que puede resultar aburrida para ciertos públicos, logra un aceptable nivel de entretenimiento y una experiencia visual y sonora muy grata.
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Tags: bella y bestia, cine francés, cristophe gans, disney, fotos, imagenes, Léa Seydoux, Vincent Cassel
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