La Belle Époque fue un periodo de nuestra historia cuyos extremos cronológicos estarían marcados por dos fechas significativas: 1871, fin de la Guerra Franco-Prusiana y 1914, el estallido de la Primera Guerra Mundial. Tras la primera, que dio lugar a la aparición de la Alemania contemporánea, Europa comenzó a vivir una etapa de paz que posibilitó que muchas naciones entraran en una senda de avances y desarrollo económico. Fue en efecto una época caracterizada por el optimismo, la confianza en el futuro y la fe en el progreso. Europa, de la mano del capitalismo imperialista, fortalecida tras su expansión colonial por Asia y África, iniciaba una etapa decisiva donde la tecnología, la ciencia, la economía y la cultura parecían ir de la mano prometiendo un futuro mejor para las siguientes generaciones.
¿Estaremos viviendo ahora los últimos años de una nueva “Belle Époque”?