Beget es un pequeño pueblecito escondido entre las montañas de la Alta Garrotxa al que se llega a través de una estrecha y sinuosa carretera que parte desde Camprodon, en pleno Pirineo de Girona. Construido íntegramente en piedras milenarias, se encuentra perfectamente integrado en su entorno natural. La iglesia de Sant Cristòfor (siglos XI-XII) y el puente románico que permite superar una de las dos rieras que cruzan el pueblo son los dos iconos más reconocibles del lugar. Pasear degustando la belleza de sus callejuelas, sus casas y las montañas y bosques que enmarcan en todo momento el escenario es un plan inmejorable para cualquier fin de semana. Y eso es lo que hicimos el domingo, rematando la jornada con el delicioso menú que sirven en el Hostal el Forn. Generosas raciones y atención familiar, como suele ser habitual en los restaurantes de montaña, a un precio muy razonable.