Es extraño abrir las puertas de esta biblioteca después de tanto tiempo y el ver, más allá del polvo y el desorden, a tantos amigos y personajes queridos. La Literatura tiene en parte eso, cuando has conocido a alguien especial, cuando una historia te ha llegado a lo más profundo del corazón, cuando has visto algo que solo unos pocos escogidos también han encontrado, siempre estará ahí, siempre, aunque uno tarde mucho en regresar, aunque te tengas que apartar del camino por un tiempo. Esta biblioteca mágica, repleta de libros que se pierden más allá del infinito y que parece ser interminable y cambiante, lleva ya tanto tiempo existiendo y lo hace en el corazón de tantas personas, que parece abocada a regresar una y otra vez, a seguir formando parte de nuestras vidas.
Tendremos la suerte de recibir en esta ocasión a un poeta, a un autor con un nombre que cada día suena más y con más fuerza, a uno de esos creadores que son mucho más que autores. Para este capítulo, el 244 de La Biblioteca Encantada, que quedará en los anales de nuestra historia como el que retomó, por fin, nuestro VII Volumen, tendremos la suerte de recibir a Pedro Mañas, a quien espero que las arañas curiosas y otras criaturas extrañas que se han acercado por la Biblioteca no le molesten demasiado.