Os traemos otra guía realizada por Twenergy donde podrás redescubrir la bicicleta como una opción ecointeligente para que tus desplazamientos urbanos sean cómodos, prácticos y baratos.
Cada vez más personas optan por la bicicleta como medio de transporte habitual en el entorno urbano, ya que ha demostrado ser una alternativa rápida, sostenible y barata.
¿Te has planteado el cambio pero necesitas una bicicleta adecuada para moverte por la ciudad? En el mercado puedes encontrar distintos tipos dependiendo de las necesidades de cada persona y las características de cada ciudad.
En el caso en que ya tengas una bicicleta en el trastero, que llevas años sin usar y quieras darle utilidad, puedes transformar tu bici de recreo en un medio de transporte urbano.
La bicicleta urbana
El diseño de las bicicletas urbanas facilita la circulación en una postura erguida sobre el asfalto, en una posición relajada que permita una gran visibilidad. Esta posición permite señalizar fácilmente y con seguridad las maniobras con los brazos, al no estar cargando todo el peso sobre el manillar.
Muchas bicicletas urbanas presentan una barra baja, que permite bajar y subir de la bici de forma más fácil, por ejemplo, cada vez que es necesario parar ante un semáforo en rojo.
Además, estas bicis llevan ruedas de mayor diámetro que suavizan el impacto de los baches y aportan una gran estabilidad.
Las bicicletas llamadas híbridas también ofrecen prestaciones interesantes, puesto que tienen las ruedas de una anchura a medio camino entre las bicicletas de montaña y las bicicletas de carretera, por lo que te permiten circular por pistas y caminos.
Como valor añadido, las bicicletas urbanas suelen ir bien equipadas con:
- Cubrecadenas y guardabarros, para evitar manchas en la ropa.
- Luces y reflectantes (obligatorios en ciudad)
- Transportín o cesta al manillar para llevar cosas.
- Asiento de muelles ancho y cómodo.
Las características de tu bicicleta ideal dependen pues del entorno en el que vayas a utilizarla y del tipo de desplazamientos que realices.
El diseño de las bicicletas urbanas facilita la circulación en una postura erguida sobre el asfalto, en una posición relajada que permita una gran visibilidad. Esta posición permite señalizar fácilmente y con seguridad las maniobras con los brazos, al no estar cargando todo el peso sobre el manillar
Bicicleta plegable
En España, ciudades como Madrid, con una extensa red de metro, el transporte de la bicicleta por el mismo está restringido a unas pocas horas del día (las cuales no suelen coincidir con horas habituales de entrada y salida al trabajo), por esta razón las bicicletas plegables gozan de una demanda creciente.
Este tipo de bicicleta es la ideal si quieres combinarla con otros medios de transporte público, como el tren o el autobús, o incluso con el coche (transporte intermodal). Además, la podrás llevar a todos lados y guardarla en un armario de casa o del trabajo.
En cuanto a prestaciones una vez desplegada, el funcionamiento es muy similar a una bicicleta urbana. La principal diferencia está en el diámetro de las ruedas, mucho más pequeño.
Estas bicicletas son ligeras, compactas, y están diseñadas para plegarse y desplegarse cuantas veces sea necesario sin esfuerzo en cuestión de segundos
Bicicleta eléctrica
En otras ciudades la situación puede ser diferente, por ejemplo, con gran número de cuestas, que pueden ser además muy pronunciadas, como es el caso de Granada en España. El tipo que más abunda en este tipo de entornos es la bicicleta eléctrica.
Las bicis eléctricas, o de pedaleo asistido, llevan un pequeño motor que se activa sólo cuando pedaleas. Lo puedes poner en marcha en cualquier momento del recorrido en el que necesites una ayuda extra, por ejemplo, en una subida de gran nivel. Así evitas hacer un gran esfuerzo y llegar sudando y fatigado a tu destino
En este caso es importante fijarse bien en la autonomía de cada bicicleta, que viene delimitada por el tipo de batería que lleva.
Importante: para que sea homologada en España, el motor no puede ser mayor de 250 vatios de potencia y no puede superar los 25 km/h con el motor encendido. No necesitas carnet para conducirla, pero uno de sus inconvenientes es que son más pesadas que una bicicleta sin motor.
Esperamos que hayáis vuelto a pensar en la bicicleta como una opción a vuestros desplazamientos habituales. Si ya sois usuarios asiduos de la bicicleta, esperamos vuestros comentarios para animar a otros lectores. En la siguiente entrega de esta guía hablaremos de mantenimiento, tipos y transformaciones de la bicicleta.
Podéis acceder a la guía completa en nuestro fondo documental ecointeligente o desde este enlace: Guía Transforma tu bicicleta en un medio de transporte de Twenergy.