Calificación: 7,620.
Tráiler de la Película
Ficha:
Título Original: Wadjda.
Directora: Haifaa Al-Mansour.
Guionista: Haifaa Al-Mansour.
Intérpretes: Reem Abdullah, Waad Mohammed, Abdullrahman Al Gohani, Sultan Al Assaf, Ahd Kamel, Dana Abdullilah, Rehab Ahmed, Rafa Al Sanea, Mohammed Albahry, Mariam Alghamdi, Ali Algorbani, Sara Aljaber, Mohammed Alkhozain, Maram Alkohzaim, Mariam Alkohzaim.
Productores: Gerhard Meixner, Roman Paul.
Fotografía: Lutz Reitemeier.
Música: Max Richter.
Montaje: Andreas Wodraschke.
Diseño de Producción: Thomas Molt.
Diseño de Vestuario: Peter Pohl.
Países: Arabia Saudita, Alemania.
Lugares de Rodaje: Riyadh (Arabia Saudita).
Fechas de Rodaje:
Año: 2.012.
Duración: 98 minutos.
Edad: Apta para todos los públicos.
Género: Drama.
Estreno: 28-06-2.013.
Distribuidora: Wanda Visión, S. A.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 0.
Recaudación: 0 €.
Crítica:
01-07-2.013 – JOSU EGUREN
De un cine que no existe
Sabemos muy poco del cine saudita, porque no existe. De ahí la necesidad de subrayar la importancia de "La bicicleta verde", apenas una excepción a la norma que impera en un país sometido a una dictadura teocrática donde todas las formas de expresión audiovisual están severamente controladas por los mil ojos del régimen (en Arabia Saudí las salas de cine están prohibidas). Por mera proximidad, es lógico que el espectador occidental intuya una conexión entre Haifaa Al-Mansour y otros directores de su entorno, tales como Abbas Kiarostami ("La experiencia") y Jafar Panahi ("El círculo"), aunque su mirada parece haberse cultivado en una latitud cultural distante a la poética de los maestros del cine iraní. Al-Mansour expone una historia aparentemente corriente, el flirteo de dos preadolescentes que podrían haberse criado en las barriadas de cualquier suburbio parisino, y a partir de esa raíz, cuasi universal, construye el armazón de una crítica social que se entreteje con un discurso aperturista. La voluntad de la cineasta saudita es filmar la realidad desde las entrañas del sistema, pese a que bordea una clandestinidad disimulada por la transparencia de unas imágenes que eluden el dramatismo, y para lograr su objetivo, que es mostrar la violencia estructural amparada en los yugos teológicos, nos guía a través de los ojos de una niña en pie de guerra contra la institucionalización de la misoginia. La necesidad de amplificar su denuncia a través de los mercados occidentales (fue una de las sensaciones en el Festival de Venecia 2.012) obliga a Al-Mansour a pecar de cierto didactismo, un vicio menor que no empaña el mérito de una mujer decidida a filmar la realidad que se esconde tras el velo de los prejuicios. Curiosa esa bicicleta que ha servido al cine como metáfora de causas tan distintas, porque simboliza una esperanza que hace equilibrio sobre dos ejes: el encanto de la protagonista (Reem Abdullah) y una elaborada sencillez expresiva que la hace accesible para un amplio espectro de público.
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