Desde que en 1953 Wiliam Wyler decidiera introducir como escena de la famosa película “Vacaciones en Roma” la broma que Gregory Peck le gastaba a Audrey Hepburn, la Bocca Della Veritá traspasó fronteras y pasó a ser conocida mundialmente. Hollywood apostaba por Roma, y a buen seguro que le ha sacado provecho.
Una simple escultura de mármol, de 1,75 metros de diámetro, nos muestra representado la barbuda cara masculina, que algunos dicen es del Dios del Mar, y en la que se muestran los huecos de sus ojos, nariz y boca.
No es hasta 1.485 cuando empiezan a recrudecerse las reseñas y leyendas para denominarla con el nombre de La Boca de la Verdad y generalmente, si me lo permitís, con un tono machista. Nos dicen de una de ellas que un marido, sintiéndose engañado por su mujer, quiso llevarla hasta la boca. Ella, confabulada con su amante, propició que a la vista de todos le diese un beso sintiéndose forzada. Al introducir la mano en la boca dijo: “Juro que mis labios solo han sido besados por mi esposo y este otro hombre”. Lógicamente estaba diciendo la verdad y es así que nada ocurrió.
El hecho es que, la escultura se ha convertido en otro de los iconos y atractivos de Roma. De forma gratuita es visitada por miles y miles de turistas procedentes de todas las partes del mundo. En muchas ocasiones se forman largas colas para acceder a ella, con espera de hasta 15/20 minutos, para sacarte la foto introduciendo tu mano en la famosa boca.
Sin lugar a dudas la parada en este lugar es, por turística, ineludible; desgraciadamente la fonda la dejamos a tu libre albedrío. Eso sí, disfrútalo todo con SALUD, ciudadano viajero.
Ubicación: en vía Della Greca, 4. Piazza de Boca Della Veritá (metro línea azul, Circo Máximo). En los alrededores, el río Tíber, el Puente Palatino, el Circo Máximo y un poco más allá el Foro Romano y el Coliseo.