Celebra
Ya ha llegado el día de la boda. Todo está preparado: la ceremonia, el banquete y sobre todo la fiesta. Los trajes cuelgan de una percha esperando ser llevados en un día hecho para emocionarse, para disfrutar, para reír y llorar. Es una gran celebración.
Elena y Miguel nos esperaban en Ágreda, un precioso pueblo de Soria. David estaba encantado de volver a Soria y recordar su infancia y yo estaba contenta con conocer un poco más los lugares que recorrió cuando era niño. Pero ese día no era solo para recordar, había una boda que fotografiar y nosotros estábamos deseando empezar. En casa de Miguel nos recibió un novio tranquilo, rodeado de su familia y dispuesto a empezar la fiesta. Elena no fue menos, tampoco estaba nerviosa, estaba feliz.
La ceremonia se celebró en el Palacio de los Castejones, un lugar precioso que vale la pena visitar. Allí los nervios y emociones empezaron a aflorar, las bonitas palabras que se dedicaron los novios y que les dedicaron sus familiares y amigos hicieron saltar las lagrimas de Elena y Miguel. Por fin se dieron el sí quiero, ya eran marido y mujer, llegaba el momento de disfrutar.
El resto de la boda fue todo alegría y diversión. Todos los invitados estaban encantados con esta pareja sencilla y cercana a la que solo le preocupaba pasarlo lo mejor posible en un día que siempre recordaran como uno de los mas felices de su vida. Hacer la fotografía de su boda en Soria era estupendo, teníamos un montón de momentos que captar: las sorpresas que los novios habían preparado para su familia, los regalos locos de sus amigos, los bailes de los niños que correteaban por el salón, el apasionado primer baile de recién casados.
Esperamos que Elena y Miguel vuelvan a sentir todas esas emociones al ver las fotografías de su boda, porque nuestro trabajo es ese: emocionar, revivir y recordar los momentos felices. Uno de tantos que deseamos que vivan nuestras parejas.
Somos David y Loreto y hacemos fotografía de boda en Soria.