La bola del mundo que corona el templo masónico de La Habana vuelve a girar. La Gran Logia de Cuba pedía hace unos meses colaboración a la ciudadanía para echar a andar otra vez la esfera terrestre que corona al emblemático edificio habanero.
El tiempo y los conocimientos de un electricista de 68 años han hecho posible la reparación del mecanismo, que dejó de girar en algún momento del siglo XX.
El emblemático edificio consta de once plantas, de las que la Masonería mantiene el uso de cinco. Una de ellas está dedicada al Museo Masónico dominado por el monumento (a la derecha) al Querido Hermano José Martí, procer de la independencia cubana, con sus joyas masónicas originales. En el Museo se conserva también (a la izquierda) la maqueta original del edificio.
En su primer mensaje de 2015 a todos los Queridos Hermanos, el Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba, el Muy Respetable Hermano Lázaro Cuesta ya anunció la necesidad de "rescatar y reconstruir" la sede histórica "que nos legaron nuestros mayores tras más de tres décadas de constante y dedicada labor".
Fuente: El Oriente