La bolsa de plástico es un recurso absolutamente contaminante, derrochador de energía y perfectamente sustituible por otro tipo de envase como los carritos, u otras bolsas de materiales que permitan múltiples usos. Según estudios, en España, cada persona utiliza una media de 238 bolsas comerciales de plástico al año, lo que supone casi 100.000 toneladas de basura de un producto derivado del petróleo, no biodegradable y muy tóxico.
Aquí no tenemos que esperar a que el gobierno dicte las leyes necesarias, cada uno de nosotros puede aportar su granito de arena, siendo más responsable a la hora de consumir. Los océanos están sobrealimentados de plástico porque no pueden digerirlo. La industria del plástico está convencida de que es una maravilla de invento, pero la verdad es que cada día utilizamos productos plásticos sin tener la menor idea de las consecuencias, tal es el caso de los desechables plásticos como bolsas, botellas, platos, contenedores, vasos, y casi todo lo que podamos inaginar.
El plástico se utiliza en grandes cantidades y debido a su uso tan común, es muy fácil pensar que es inofensivo. Sin embargo nos encontramos ante un gran problema y esto se debe a que los productos de plástico no son reutilizables, cuesta mucho dinero reciclarlos y no son biodegradables, además de que liberan sustancias nocivas para la salud y el medio ambiente. La contaminación con deshechos plásticos y fibras sintéticas ha llegado a tal punto que ni siquiera los océanos o las playas más remotas están a salvo de sus estragos. Según la revista Science, inclusive playas vírgenes contienen desechos plásticos de tamaño microscópico mezclados con la arena. Las sustancias químicas tóxicas de los plásticos se esparcen y luego quedan adheridas a partículas, animales y alimentos, por lo que después llegan a nuestro cuerpo y nos intoxican. Para la fabricación de productos plásticos se consumen grandes cantidades de petróleo (problema añadido), y cuando se desechan forman miles de toneladas de basura. Un país que produce 1.5 millones de toneladas de desperdicios de plástico al año, requiere de 178 millones de litros de petróleo al año para su producción. Creemos que con el reciclaje se solventa el problema, pero los envases de plástico procedentes de la basura doméstica muchas veces no se pueden reciclar por procesos mecánicos debido a las siguientes razones:
-La diversidad de los plásticos dificulta mucho su reciclaje y lo hace costoso.
-La suciedad con la que llegan los materiales de la basura, impide que el reciclaje del plástico se pueda llevar a cabo.
-Con el plástico doméstico reciclado normalmente sólo se fabrican materiales de baja calidad como macetas, bolsas, y otros productos de escaso valor añadido. La mayor parte del planeta se encuentra con una problemática importante de contaminación del agua, aire y suelo, debido a los grandes volúmenes de residuos que reciben escaso o nulo tratamiento adecuado. Este gran inconveniente de los plásticos se debe a que, al contrario de los vegetales, madera, papel, metal y las fibras naturales, éste no es biodegradable. Un material biodegradable significa que puede ser descompuesto o desintegrado en poco tiempo por organismos vivientes como bacterias, hongos, gusanos e insectos. Una cáscara de fruta por ejemplo, que si es biodegradable, tarda 90 días en desintegrarse, debido a que las bacterias u otros organismos la convierten en alimento. Sin embargo, una botella de plástico no se oxida ni se descompone con el tiempo, solamente pasa por un proceso llamado fotodegradación en el que se divide en partículas minúsculas, y tarda unos 1000 años aproximadamente, pero en realidad nunca deja de existir ese plástico diminuto. Ningún organismo cuenta con las enzimas o los medios para transformar el plástico en otro tipo de material que pueda ser reintegrado a los ciclos de la naturaleza y por lo tanto, sólo se acumula. Por si fuera poco el plástico de objetos de uso común en la alimentación como biberones, envases y botellas, libera una sustancia llamada Bisfenol A que es liberada en el cuerpo y puede causar abortos, malformaciones y cáncer. Cada uno de nosotros somos responsables, y no es tan difícil hacer algo personalmente. Solo es cuestión de querer y de empezar uno mismo a hacer las cosas. También hay que entender que muchas veces hacemos las cosas por costumbre, pero eso no significa que sea lo único ni tampoco lo mejor. Así como con el paso del tiempo y con la contribución de cada uno de nosotros las cosas llegaron a ser lo que son ahora, de la misma forma cada uno tenemos el poder de hacer algo para ayudar al planeta.
Algunos países ya están tomando medidas como la prohibición de las bolsas desechables gratuitas de los supermercados por lo que la gente ahora lleva sus bolsas de tela al hacer las compras. En la ciudad de Ontario se prohibió la venta de agua embotellada en plástico cuando se percataron de la enorme cantidad de basura innecesaria que se producía. No tenemos que esperar a la normativa gubernamental, nos podemos comprometer ya.