La boquilla de la Nebulosa de la Pipa

Por Juan Carlos
Sábado 9 de Mayo de 2015


“Esto no es una pipa” tal y como escribió René Magritte en su famoso cuadro, esto tampoco es una pipa. Es, sin embargo, parte de la vasta nube oscura de polvo interestelar llamada la Nebulosa de la Pipa. Esta nueva imagen y detallada de lo que también se conoce como Barnard 59, fue captada por el instrumento Wide Field Imager, instalado en el telescopio MPG/ESO de 2,2 metros, en el Observatorio La Silla de ESO. Casualmente, la aparición de esta imagen coincide con el 45 aniversario de la muerte del pintor.

La Nebulosa de la Pipa es uno de los primeros ejemplos de nebulosa oscura. Originalmente, los astrónomos creían que estas eran zonas del espacio donde no había estrellas. Pero más tarde se descubrió que las nebulosas oscuras son, en realidad, nubes de polvo interestelar tan gruesas que bloquean la luz de las estrellas que hay detrás. La Nebulosa de la Pipa se dibuja sobre un rico fondo de nubes de estrellas cerca del centro de la Vía Láctea, en la constelación de Ofiuco (El portador de la Serpiente o Serpentario).

Barnard 59 forma la boquilla de la pipa y es la protagonista de esta nueva imagen. Esta extraña y compleja nebulosa oscura se encuentra a una distancia de entre 600 y 700 años luz de la Tierra. La nebulosa recibe su nombre del astrónomo americano Edward Emerson Barnard, quien fue el primero en tomar, de manera sistemática, imágenes de nebulosas oscuras utilizando fotografía de larga exposición y uno de los que descubrió su naturaleza polvorienta. Barnard catalogó un total de 370 nebulosas oscuras en todo el cielo. Como hombre hecho a sí mismo, compró su primera casa con el dinero del premio por haber descubierto varios cometas. Barnard fue un extraordinario observador, un hombre con una excepcional capacidad visual que hizo contribuciones en numerosos campos de la astronomía de finales del siglo XIX y principios del XX.

En un primer momento, la atención del observador se dirige al centro de la imagen en la cual las oscuras nubes retorcidas se parecen a las patas de una enorme araña extendidas a lo largo de una telaraña de estrellas. Sin embargo, tras esta primera impresión, empezará a fijarse en una serie de detalles. Formas parecidas a nubes de niebla o humo, en el centro de la oscuridad, se encienden por la formación de nuevas estrellas. La formación estelar es común en regiones que contienen densas nubes moleculares, como ocurre en las nebulosas oscuras. El gas y el polvo colapsan al unirse por la influencia de la gravedad, y cada vez se atrae más material hasta que se forma la estrella. Aún así, comparándola con otras regiones similares, Barnard 59 tiene relativamente poca formación estelar y aún tiene una gran distribución de polvo.

Si observan detenidamente, también podrán localizar más de una docena de diminutas franjas azules, verdes y rojas repartidos por la imagen. Se trata de asteroides, pedazos de roca y metal de unos cuantos kilómetros de tamaño que orbitan alrededor del Sol. La mayoría se encuentra en el cinturón de asteroides entre las órbitas de Marte y Júpiter. Barnard 59 se encuentra unos diez millones de veces más lejos de la Tierra que estos diminutos objetos. Finalmente, observando este tapiz rico en texturas, plagado de objetos celestes, considere por un momento que, cuando mira hacia arriba, hacia esa región del cielo desde, la Tierra, podría abarcar toda esta imagen extendiendo el pulgar con el brazo estirado pese a que tan solo cubra seis años luz sobre el tamaño de Barnard 59.

La Nebulosa de la Pipa al completo está compuesta por Barnard 65, 66, 67 y 78, además de 59. Puede verse fácilmente a simple vista bajo buenas condiciones meteorológicas y cielos despejados, y se detecta mejor desde latitudes del sur, donde aparece más alta en el cielo. Los asteroides se mueven durante la exposición y crean pequeños trazos. Dado que esta imagen se creó a partir de varias imágenes obtenidas en diferentes colores y en momentos distintos, los distintos trazos también están desplazados entre sí.
Fotografía original
Crédito: ESO