La Botica de Lectores: donde los libros se recetan con alma en la Feria de Sevilla y fuera de ella

Publicado el 06 noviembre 2025 por Delecturaobligada @DelecturaOblig

Desde su caseta número 39, compartida con Anagrama, la librería sevillana ha convertido cada recomendación en una conversación. Entre éxitos como Sevilla. Biografía de la ciudad dorada o La península de las casas vacías, La Botica reivindica el gesto más analógico: escuchar, intuir y prescribir la lectura que cada lector necesita.

Por: Alberto Berenguer / Instagram: @tukoberenguer; @delecturaobligada

En esta nueva edición de la Feria del Libro de Sevilla 2025, ¿qué ha propuesto La Botica de Lectores desde su caseta número 39 a quienes se han acercado?
Desde nuestra caseta, que hemos compartido con la editorial Anagrama un año más, hemos querido ofrecer una experiencia enfocada en el descubrimiento y la cercanía. Apostamos por una selección cuidada de las últimas novedades de narrativa actual, ensayo, poesía y literatura infantil, y sobre todo por el contacto directo entre los autores y los lectores. La Botica siempre ha sido un espacio donde los libros se «recetan», y en la feria hemos trasladado ese espíritu al corazón de Sevilla: cada vez que alguien se asomase a nuestro expositor, lo tomábamos como oportunidad para recomendar, conversar y encontrar la lectura que justo necesitaba esa persona sin saberlo.

Durante los primeros días de la Feria del Libro de Sevilla, ¿qué título se convirtió en el más buscado o vendido en vuestra caseta, y qué cree que tiene ese libro que ha conectado tan bien con los lectores sevillanos?
Los más solicitados fue Sevilla. Biografía de la ciudad dorada de Eva Díaz Pérez y La península de las casas vacías de David Uclés. El primero —obra de una sevillana que conoce cada rincón de la ciudad y su memoria colectiva— es un retrato literario, histórico y sentimental de Sevilla como pocas veces se había hecho, lo que conecta de inmediato con el corazón del público de la Feria del Libro de Sevilla. El segundo es una novela que Uclés ha estado trabajando durante quince años y es un éxito editorial imparable. Narra la Guerra Civil desde un realismo mágico muy personal y construye un universo que es a la vez íntimo y épico.
También está muy solicitado Puro empeño, de María Iglesias. Una historia sobre dos amigas que actúan de forma muy diferente ante la situación de una bebé africana que está abocada a que la abandonen en Marruecos.

En un mundo cada vez más digital, ¿cuál es el último gesto analógico que reivindica un librero cada día?
Las recomendaciones sin algoritmos de por medio. Ese instante en que un lector te pregunta «¿qué me recomiendas?» y confía en tu criterio es algo que no puede replicarse con la IA ni las pantallas. Reivindicamos la conversación, el descubrimiento de los gustos del otro a través del diálogo y la lectura como un acto sensorial y emocional, casi podríamos decir que artesano, teniendo en cuenta el ritmo al que ahora se mueve todo.

¿Qué libro reciente ha hecho que en La Botica de Lectores se detuviera el tiempo durante unos minutos?
El sueño del jaguar de Miguel Bonnefoy, una saga que abarca tres generaciones, revoluciones y amores entrelazados con la historia de Venezuela. Tiene a un niño abandonado, una mujer pionera en la medicina y un linaje que busca sus raíces; el cóctel que ha preparado Bonnefoy para despertarnos la curiosidad es maravilloso.
También Las buenas noches de Isaac Rosa, que parte del insomnio de dos desconocidos para dibujar un retrato social sobre el descanso, la precariedad y el «insomnio inmobiliario». Es una historia que nos hace darle vueltas a lo que nos impide dormir y en qué condiciones vivimos.
Ambos libros han logrado eso porque son una excelente invitación a reflexionar y a volver a mirar el mundo desde otro punto de vista.

¿Cómo se traduce el “arte de recomendar un libro” cuando el lector no busca, pero el librero sabe lo que necesita?
La intuición y la escucha son factores fundamentales en la tarea de recomendar. A veces basta con una frase, un gesto o el tono de voz para saber qué libro es el indicado. Muchas veces se trata de un chispazo: te comenta una lectura que a ti te recuerda a otra, le gusta un género que conoces ampliamente… Ese concepto de «la lectura indicada» cambia según el día y el estado de ánimo con que te encuentres. En Botica hablamos de «prescribir lecturas», no de venderlas: un buen libro puede ayudarte tanto como una conversación o un paseo.

¿Qué parte de la historia de Sevilla se esconde entre las estanterías de La Botica de Lectores?
Se puede decir que en cada una de nuestras librerías hay una Sevilla distinta: la del barrio de Feria con su aire popular, la de Santa Catalina que respira de las tradiciones como la Semana Santa, la del Nervión más apegada a la historia que se está escribiendo hoy, las de Asunción y República siempre con las últimas tendencias… Nos sentimos herederos del espíritu de las antiguas boticas, por eso en nuestras estanterías intentamos tener remedios de todo tipo.

¿Qué autores y autoras han pasado por la caseta número 39 de La Botica de Lectores para firmar ejemplares y encontrarse con sus lectores durante la feria?
Como cada año, este año pasaron por nuestra caseta alrededor de 125 autores y autoras, desde artistas locales, con los que ya existe incluso una relación de confianza o amistad, hasta figuras nacionales de editoriales como Anagrama, Grupo Planeta o Penguin Random House. Nos visitaron voces nuevas y consolidadas de narrativa, poesía y ensayo, porque creemos que la diversidad es algo intrínseco al libro y así se lo hemos querido ofrecer a los lectores y las lectoras que nos visitaron.

Cada feria deja una anécdota irrepetible: ¿cuál ha sido el momento más inesperado o poético vivido entre los libros?
Quizás esos instantes en los que un lector reconoce a su autor favorito. Una lectora que encuentra el título que le marcó de pequeña, o un escritor que le dedica su obra a un antiguo profesor o a una persona mayor que lo inspiró sin saberlo. En la feria a veces uno tiene la suerte de encontrarse con estos pedacitos de magia y, por más que se repitan, no dejan de darte un pellizco en el corazón.