Páginas: 271
ISBN: 9788415140443
Precio: 10 €
Sinopsis
Mientras tanto, el joven Joaquín Larburu ha terminado sus estudios universitarios en Francia y regresa junto a su familia. El padre, un hombre obstinado y cerrado en sí mismo, se niega a escuchar las súplicas de su hijo para proteger a las mujeres del hogar, lo que enfría todavía más su relación. Joaquín encuentra sus apoyos en un amigo de toda la vida y en la Casa del Chocolate, donde charla con la gente y se siente como en casa. En esas conversaciones hay opiniones para todos los gustos, desde los que piensan que ocurrirá algo grave hasta los que confían en que los aliados los liberarán de los invasores (los franceses, que ocupaban la ciudad desde hacía cinco años). Pero ya se sabe que las guerras no traen nada bueno…
Comentario personal
Reconozco que tenía muchas esperanzas puestas en La brecha: Toti Martínez de Lezea no me suele decepcionar y de este libro en concreto había leído críticas muy entusiastas. Ya os adelanto que a mí no me ha gustado tanto (de hecho, ha sido un pequeño bache en medio de lecturas excelentes); puede que por un lado se deba a las altas expectativas creadas, pero también pienso que la novela tiene algunos problemas y se podría haber trabajado más. Antes de entrar en materia, quiero aclarar que desde mi punto de vista hay dos partes claramente diferenciadas, la histórica y la novelada, de modo que en mi reseña las analizaré por separado.Desde mi punto de vista, La brecha tiene un mayor componente histórico que otras novelas de esta escritora. Además de la incertidumbre previa a los acontecimientos, hay mucha información sobre lo ocurrido (se extiende al hablar del trágico 31 de agosto, conocemos la perspectiva de los invasores…) y no solo he leído la historia de Maritxu, sino que he disfrutado de una buena obra didáctica que ha aumentado mis conocimientos sobre el tema. Sin duda, Toti se ha documentado de maravilla, aunque esto también tiene sus inconvenientes.
Por otro lado, la idea de una chocolatería como punto de encuentro en unas fechas tan difíciles me transmite mucho encanto, es el toque simpático de la novela. Me recuerda al espíritu de Chocolat, de Joanne Harris (es probable que os suene más por la película que lleva el mismo título), aunque en todo lo demás son libros muy diferentes. También me ha gustado mucho la evolución de los personajes, sus sentimientos (nada previsibles) y la lucha de los lugareños por levantar su ciudad después de la quema. Del mismo modo, la brecha que da nombre a la novela, además de ser una parte de la muralla, se puede entender como una brecha en el corazón de los donostiarras, que nunca olvidarán lo ocurrido. En general, la historia tiene puntos muy buenos, de los que llegan al lector.
Pero ese no es el único problema: la autora cambia de enfoque sin orden ni concierto (al principio se centra en Maritxu, luego en Joaquín, a veces en nadie en particular, y así sucesivamente) y esto me desconcertó un poco al leerlo. No me malinterpretéis: el hilo argumental se puede seguir sin problemas, es solo que en mi opinión el resultado habría mejorado si siempre se tomara como punto de partida a Maritxu, por ejemplo. Por otra parte, en muchos fragmentos he tenido la impresión de que nos «dice» las cosas en lugar de transmitírnoslas a través de los hechos (el famoso Show, don’t tell). Hasta ahora no me había parado a pensarlo, pero quizá esta cuestión sea la causa de que ninguna novela de Toti haya llegado a conquistarme, por muy interesantes que sean sus contenidos históricos.
Con respecto a los personajes, tengo la sensación de que la mayoría están bien perfilados (además de la protagonista, destacan Joaquín, Juanito Galerdi, Marina, el general Mercier, el padre de Maritxu…); no obstante, pierden fuerza y no alcanzan la categoría de inolvidables por lo que he explicado. Quiero decir a favor de Toti que esta vez no creo que se haya excedido en el número (es una crítica que suelo hacerle porque a veces me he perdido) y me ha parecido acertado que construya personalidades de todo tipo, tanto bondadosas como perversas. El final de las tramas personales es redondo, quizá demasiado ideal en algunos puntos, pero me convenció.
El estilo resulta entretenido y adictivo, como casi siempre en las novelas de esta autora. Hay partes de diálogo, pero predomina la narración en tercera persona de la que he hablado antes. Con todo, no lo considero una lectura fácil: hay que estar atentos al leer para que no se nos pase nada (sobre todo en esos fragmentos históricos en los que se da tanta información). Hablando del texto, Maeva suele cuidar bastante sus ediciones, aunque esta vez tengo que hacerles una pequeña crítica: en la corrección se han colado varios gerundios mal empleados.
Mi valoración: 7/10